Sergio villanueva, titular del fondo Vitivinícola. Foto: Walter Moreno
Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina.
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Para entender los cambios en el mercado del vino
Entrevistado por Diario UNO, Villanueva compartió su análisis del presente vitivinícola y recordó que cuando se agudizaron las tendencias inflacionarias "las bodegas y los distribuidores no sabían si vender o no vender, ante la expectativa de cambios en los precios".
Pero sobre ese plano inmediato, el especialista -que además es contador público- subrayó tendencias mundiales que ya no pueden obviarse. "Está la frase hecha de que la gente 'está tomando menos y mejor'; pero esa es una postura cómoda. Se está tomando menos en general, y además los vinos se están bebiendo más fríos, con menos alcohol. Hoy hay vinos que pasaron de una graduación alcohólica de 13 a una de 7 grados".
"La mitad de los argentinos mezclan vino con hielo, soda e incluso con gaseosa" "La mitad de los argentinos mezclan vino con hielo, soda e incluso con gaseosa"
Ante ese fenómeno, lo que han hecho otras bebidas alcohólicas -como el whisky- es ampliar el abanico de posibilidades, salir de la formalidad y asumir el desparpajo admitiendo las mezclas.
"Inclusive a nivel local, el 'tomalo como quieras' implica respetar lo que nos está marcando la estadística: la mitad de los argentinos combina vino con hielo, soda e incluso con gaseosa", retomó Villanueva.
"Si planteás tantas normas, demasiadas personas se te van" "Si planteás tantas normas, demasiadas personas se te van"
E ilustró: "Mirá el champán. Hace 10 años un espumante se debía consumir seco. Hoy el 50% de lo que se vende tiene sabor dulce. Se están rompiendo esas máximas intocables de antaño. Antes se ponían mil prerrogativas. Hoy el consumidor joven ubica otros valores en el centro, como la libertad. Si planteás tantas normas -y a veces el sector de alta gama lo hace- demasiadas personas se te van".
A ello hay que añadir las nuevas rutinas laborales "e incluso la cantidad de personas que viven solas o habita en hogares monoparentales". "Ellos no van a abrir una botella para tomar un traguito, como sí lo hacen con una lata de cerveza. Y ahí tenemos que aprender de lo que está ocurriendo, por ejemplo, con el vermut, que va con soda y tuvo el buen tino de posicionarse en escenas diferentes del día, no solamente en una cena formal. No olvidemos que cuando en Argentina se tomaban 40 o 50 litros per cápita por año de vino, también se lo bebía con soda, mezclado".
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Los jóvenes tienen muchos menos prejuicios respecto al consumo de vino. Pero no toda la industria los está escuchando.
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La importancia del mercado interno
Villanueva explicó que la evolución del consumo en Argentina puede entenderse atendiendo a la penetración y la frecuencia.
"En Argentina tenemos altísima penetración (muchas casas beben vino); lo que nos complica es la frecuencia. Y eso tiene que ver con que en las últimas décadas creamos una imagen promocional del vino que nos habla de alta gama, casi exclusivamente tintos, con personas adultas y masculinas cenando. Okey: hoy eso está cambiando. Sumale las campañas como el alcohol cero al volante y se te arma un lío".
Lo anterior, explicó Villanueva, se contrapone con los nuevos roles de la mujer. "Hoy la vida es más desestructurada, hay que ir hacia ahí", invitó el entrevistado.
"Para que no me digan que cometo el 'pecado' de sodear el vino, hago al revés: le echo vino a mi vaso de soda" "Para que no me digan que cometo el 'pecado' de sodear el vino, hago al revés: le echo vino a mi vaso de soda"
Y contó una anécdota graciosa: a veces, en las reuniones de especialistas, le sirven una copa con vino y otra con soda, como es costumbre en esos foros. "Entonces para que no me digan que cometo el 'pecado' de sodear el vino, le echo el vino al vaso de soda".
De acá en más, en todo caso, habrá que salir del monoproducto "vino premium" teniendo en cuenta que el 85% de las botellas que se venden en la Argentina se comercializan en el rango que va de los $800 a los $1.500. Es más: entre el 30 y el 35% de las ventas sale en tetrabrik, que ha sido estigmatizado pero ahora tiene una especie de revancha con el crecimiento del bag in box, donde también pueden meterse vinos caros.
"Del total de vino que se elabora en el país, entre el 70 y el 75% va al mercado interno" "Del total de vino que se elabora en el país, entre el 70 y el 75% va al mercado interno"
Villanueva siguió: "Hay que tener todos esos datos en cuenta. De lo contrario, es como si vos quisieras promocionar el consumo de autos en el mercado argentino y en las publicidades pusieras un Porsche. Los vinos no pueden mostrarse como si fueran una naturaleza muerta. Muchos dicen que al consumidor hay que educarlo; pero los que saben de verdad sostienen que lo más importante es aprender a escuchar. Y hoy los consumidores nos están diciendo que no nos podemos quedar con un monoproducto. Está perfecto que exista la alta gama. Lo que es un error es quedarse sólo con eso. No se puede perder la masividad".
Y es que las ventas domésticas son clave para la actividad. "Del total de vino que se elabora en el país -precisó Villanueva- entre el 70 y el 75% va al mercado interno. La pandemia nos mostró que a los argentinos les gusta el vino, lo prefieren. Pero tenemos que acercarnos más".
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Algunas cifras del vino en el primer cuatrimetre de 2023
- Abril presentó una caída de 6,5% respecto a los despachos del mismo mes de año anterior, continuando una tendencia a la baja desde el comienzo de 2023. El descenso acumulado en enero, febrero y marzo fue de 13,4%.
- Mientras que los vinos “de color” presentan una caída, los blancos crecen y hacen que los vinos “sin mención varietal” tengan números positivos.
- Esto, como es lógico, tiene su correlato en los envases vinculados a los genéricos. Es así como los vinos tetra tuvieron en abril un mes muy bueno, creciendo respecto al mismo mes del año anterior un 16,7%.
- Por último, los “nuevos envases”, como la Lata y el Bag in Box acumulan un muy buen primer cuatrimestre, creciendo en los despachos un 53,9% y un 85,5% respectivamente.
El nivel de ventas de bebidas en bajos niveles históricos
En paralelo a todo lo anterior, el consumo interno de bebidas sin alcohol creció 3,3% en el primer trimestre del año, respecto de igual período de 2022, mientras que las ventas de cerveza se mantuvieron estables, según un informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).
En el primer trimestre de 2023, el consumo interno de bebidas sin alcohol (gaseosas, aguas y jugos) creció 3,3% respecto al año previo, con un total aproximado de 9,9 millones de hectolitros vendidos, con un ralentizamiento respecto al ritmo de crecimiento de 2021 y 2022.
No obstante, resaltó IES, "las ventas del segmento en el primer trimestre tuvieron el mayor volumen de los últimos siete años para estos meses".
En tanto, las ventas internas de cerveza exhibieron un descenso de 0,3% en el primer trimestre de 2023, al totalizar 6,6 millones de hectolitros; en los últimos 10 años, las ventas de cervezas industriales mantuvieron un nivel estable.
Por otra parte, en línea con lo que se consignó más arriba, las ventas internas de vino tuvieron, de acuerdo con la pesquisa de IES, una contracción de 13,6% en el primer trimestre de 2023, con un consumo total de 1,6 millones de hectolitros. En los tres primeros meses, los vinos sin identificar verifican "las menores ventas en al menos 25 años", consignó el informe.
Para la consultora, "el consumo total de bebidas se amesetará en 2023, siguiendo el estancamiento del consumo masivo previsto para el año".
"Tras crecer durante dos años consecutivos (en 2021 recuperó lo perdido en 2020 por la pandemia), prevemos que el consumo de bebidas se estancará en 2023, aunque con desempeños variados entre segmentos", señaló IES.
Así, agregó, el nivel de ventas de bebidas (con y sin alcohol) seguirá en bajos niveles históricos.
En el caso del vino, añadió el trabajo, la escasez de oferta primaria de uva (por una vendimia afectada por heladas tardías y granizo) y la baja rentabilidad hacen prever "un escenario sumamente complejo para el resto del año". A esa lectura se le pueden sumar los matices que aportó Villanueva en esta nota, lo cual torna el pronóstico no tan sombrío como desafiante.
"Tras una pobre vendimia en 2022 (la cosecha cayó 12,9%), la producción de uva de 2023 (estimada) sería la más baja en 30 años en 2023, con una contracción de 20,7%, con 15,3 millones de quintales, lo que dejará poca materia prima para abastecer a la industria en 2023", alertó IES.
La contracción en la elaboración de vinos (18,3%) provocó que en el primer trimestre de 2023, la producción total de bebidas caiga 6,2% respecto de 2022, mientras que la producción de bebidas gaseosas, cervezas y bebidas espirituosas no tuvo variación respecto del primer trimestre de 2022.
* Con información de Télam y de la Unión Vitivinícola Argentina.
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