Sin arreglo

Empleadas domésticas: no hubo acuerdo por el salario y las negociaciones pasaron a un cuarto intermedio

Hay gran diferencia entre el aumento que piden las trabajadoras y lo que ofrece la patronal. El sueldo de la empleada doméstica no se ajusta por salario mínimo

(Editado por Gonzalo Ponce) Las empleadas domésticas no pudieron llegar a un arreglo con los empleadores por la actualización de su salario. Los gremios que nuclean a las trabajadoras y trabajadores del sector exigen una recomposición del 60%, mientras que la contraoferta es de la mitad: 30%. Ante la traba en las negociaciones pasaron a un cuarto intermedio hasta el próximo miércoles.

La reunión convocada por el Ministerio de Trabajo no llegó a buen puerto este viernes, por lo que trabajadores, representantes del Estado y sector patronal volverán a verse las caras -en forma virtual- el próximo miércoles con el ánimo de acercar posiciones que, por el momento, están muy lejanas.

El cónclave virtual es importante porque los sueldos del personal doméstico no se ajustan por el salario mínimo, vital y móvil. Los ingresos de aproximadamente 1,5 millones de empleadas registradas (que también sirve de referencia para las no registradas) se rige por lo que resuelva la Comisión Nacional de Trabajo en Casas Particulares. Sin embargo, generalmente los aumentos de las empleadas domésticas suelen tomar como referencia la evolución del salario mínimo acordado en mayo que fue de un incremento del 35%.

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Este sector acordó una recomposición salarial a fines del 2020 del 28% en tres veces: 10% en diciembre, 8% en febrero y otro 10% para abril. Esta negociación llevó el salario para una trabajadora doméstica con retiro a su hogar a entre 185 y 223 pesos por hora, dependiendo la categoría.

Si se considera una jornada laboral completa (48 horas semanales) los sueldos son de entre 25.315 y 27.928 pesos mensuales. Estas cifras están apenas por encima del último valor de la Canasta Básica Total publicada por el INDEC de 20.735 pesos (con lo que se considera que una persona no queda bajo la línea de la pobreza).

Durante 2020 el empleo doméstico en casas particulares perdió más de 300.000 puestos laborales. Además, con los niveles de subocupación que la actividad tiene, se estima que el 65% de las empleadas del sector está debajo de la línea de la pobreza.

La actual negociación, además del incremento salarial, reclama mejoras como un plus por antigüedad y mayor registro laboral para reducir la enorme precarización del sector, con tres de cada cuatro empleadas trabajando informalmente.