Tal como la concesión de Hinisa, que opera sobre Hidroeléctrica Los Nihuiles, el plazo de vigencia es de 30 años. Se había puesto en marcha en junio de 1994, y a través del decreto 1694 se ratificó el término del contrato.
Asimismo, en agosto el gobierno había decidido entregar a Emesa (Empresa Mendocina de Energía S.A.) la operación de Nihuiles IV, otra de las centrales hidroeléctricas clave de Mendoza.
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Agua del Toro, la segunda de las 3 centrales hidroeléctricas que con la extensión del contrato tendrá otro concesionario hasta octubre de 2025
Hidroeléctrica Diamante, en números
La intención del Gobierno es llamar a licitación por un período similar. Pero en busca de las condiciones ideales, y sin que el actual operador, Pampa Energía, haya manifestado su vocación de continuar, decidió una prórroga por 12 meses a la espera de mejores condiciones.
En conjunto, el sistema sobre el río Diamante cubre una longitud total de aproximadamente 55 km y una altura de entre los 873 m y 1.338 m sobre el nivel del mar. La concesión del complejo le permite al concesionario (tiene un 61% del capital accionario de la empresa) la generación, venta y comercialización de electricidad generada.
Con 388 MW, Pampa Energía obtiene en Hidisa un 0,9% de toda la electricidad generada en Argentina. El sistema está conformado por 3 represas y tres plantas generadoras de energía hidroeléctrica (Agua del Toro, Los Reyunos y El Tigre), y en los últimos 13 años ha tenido picos de generación.
Desde 1990 a 2023 el promedio fue de 526 GWh (gigavatios), con un máximo de 943 GWh en 2006 y un mínimo de 303 GWh en 2022.
Pero en 2 años tuvo un crecimiento del 20%: de vender 303 gigavatios en 2022 pasó a 361 el año pasado. Pero el margen bruto, junto al precio, cayó de u$s 12 a u$s 7 por megavatio generado.
Frente a esas condiciones, Mendoza busca un mejor horizonte. Antes, en mayo, y en circunstancias similares el gobierno de la Nación también había optado por prorrogar 4 centrales hidroeléctricas en la Patagonia.