La remera blanca básica es un infaltable en cualquier armario. Su simplicidad y versatilidad la convierten en la prenda ideal para crear looks casuales, elegantes o urbanos, según cómo se combine. Además, su color neutro permite que se adapte a cualquier temporada y estilo, convirtiéndola en un comodín que nunca pasa de moda.
Una de las grandes ventajas de la remera blanca es que combina con todo, así que permite infinitas combinaciones, desde jeans y pantalones cortos hasta faldas largas y blazers. También, funciona como base para superponer con otras prendas como chaquetas, camisas abiertas, sweaters o chalecos, agregando capas y texturas a los looks.
La remera blanca se puede estilizar de diversas formas para adaptarse a distintas ocasiones. Con accesorios llamativos, un cinturón o un pañuelo, puede transformarse en un atuendo sofisticado para ir a trabajar; mientras que con zapatillas y una mochila, se vuelve un look casual para ir a la facultad.
Tres looks para elevar tu remera blanca básica
Una idea canchera es lucir una remera blanca al cuerpo con una falda midi satinada azul marino y una camisa clásica de color celeste desprendida. Puedes sumar unas zapatillas y unas gafas de sol con marco blanco para combinar con la remera. Si no tienes una camisa y una falda de ese color, puedes probar con las prendas que tienes hasta encontrar un look que te guste.
Quizás una de las combinaciones más pulidas es usar una camiseta blanca con un blazer o una chaqueta americana. Puedes optar sacos con textura, cuadros o rayas diplomáticas. También, suma un pantalón de jean ajustado en la cintura y acampanado en la parte de abajo. Para complementar puedes agregar unos zapatos en punta, una cartera y unos lentes de sol.
Por último, un look más informal es lucir una camiseta blanca larga como base y sumar un sweater azul, dejando que la remera sobresalga por debajo. Complementa con un jean ancho de color gris, unas zapatillas de gamuza verde y un gorro a tono.