15 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores
Como se dijo antes, este día, conmemorado como una fiesta para la Iglesia Católica, recuerda a los "Siete Dolores" de la Virgen María, que incluyen eventos como la profecía de Simeón, la huida a Egipto, la pérdida de Jesús en el templo, el encuentro con Jesús cargando la cruz, la crucifixión, la recepción del cuerpo de Jesús muerto, y su entierro.
Fue en su momento el papa Pío X quien fijó la fecha de esta celebración el 15 de septiembre, y lo cierto es que no fue casualidad. La autoridad de la Iglesia Católica quería que coincida con la celebración de la exaltación de la santa cruz, el 14 de septiembre, para unir a la cruz de Jesús con el dolor de su madre.
Como toda celebración, la Iglesia Católica realiza en este día diferentes misas y procesiones a la Virgen. Además, se rezan oraciones especiales para meditar en los dolores de la madre de Jesús.
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Son varias las oraciones que pueden rezarse para recordar a esta Virgen.
En algunas representaciones, la Virgen de los Dolores es vestida de luto, normalmente con ropajes de color negro, azul oscuro o morado.
Qué oración rezar en este día
Para la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, se puede rezar la oración a Santa Brígida o rezar los Siete Dolores de María, meditando en cada uno y rezando un Padrenuestro y siete Avemarías por cada dolor, más tres Avemarías para honrar las lágrimas de la Virgen.
Oración a Santa Brígida:
Oh Santísima Virgen María, Inmaculada Madre de Dios, que sufriste un martirio de amor y dolor, contemplando los sufrimientos y dolores de Jesús.
Cooperaste en el beneficio de mi redención con tus innumerables aflicciones y ofreciendo al Padre Eterno a su Hijo Unigénito como holocausto y víctima de propiciación por mis pecados.
Te agradezco el amor inefable que te llevó a privarte del Fruto de tu vientre, Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre, para salvarme a mí, pecador.
¡Oh! Utiliza la infalible intercesión de tus dolores ante el Padre y el Hijo, para que enmiende firmemente mi vida y nunca más crucifique a mi amado Redentor con nuevos pecados; y para que, perseverando hasta la muerte en su gracia, obtenga la vida eterna por los méritos de su Cruz y Pasión.
Amén. Madre de amor, de dolor y de misericordia, ruega por nosotros.