Un ex sacerdote que estudió y se recibió en el Instituto del Verbo Encarnado, en la ciudad de San Rafael, donde estuvo durante muchos años hasta ser ordenado, relató acerca de los maltratos que recibía por parte de los superiores y también habló de abusos.
“No solamente abusos sexuales sino también de abusos psicológicos, porque permanentemente nos sometían a diferentes maltratos y también exigían ciertas cosas”, relató este hombre, quien destacó que “hay testimonios de un ex seminarista, que hablaban de abusos por parte del fundador del Verbo Encarnado Carlos Buela”.
Afirmó que “para mi es necesario revelar algunas temáticas, sobre todo el tema del abuso. El abuso desde el punto de vista intelectual, desde el punto de vista espiritual, abuso sobre las personas y el abuso físico que viví en primera persona, primero con el fundador, el famoso padre Carlos Buela, que una vez intentó tocarme, manosearme, y obviamente yo no se lo permití”.
“A partir de ahí comenzaron distintos tipos de abusos desde el punto de vista de la autoridad. Yo creo que el manoseo es una parte de acoso sexual, aunque no haya penetración y es parte de ese juego que tiene siempre el victimario” agregó.
El ex sacerdote, quien vive en San Rafael, relató que “otra de las cosas que me sucedió, y que fue muy interesante, en donde tomé cartas en el asunto, fue sobre un sacerdote que sé que violentó a chicos del seminario menor porque yo trabajaba allí como vicerrector. Este sacerdote fue luego trasladado nada más ni menos que a China. Fue el llamado padre Lucio Flores”.
Explicó que “eran abusos que se perpetraban de sacerdotes a seminaristas, en el Verbo Encarnado, en la calle El Chañaral y también en la calle Rawson, donde estaba el seminario menor, donde es lo que yo viví. Yo contaba sobre un pibe que era menor en la escuela secundaria. Denuncia penal no hay, no existen, porque nadie se ha animado tampoco a realizar una denuncia penal”.
“Vino este chico que salió en unos diarios de San Rafael y de Mendoza, Luis de Lacalle, que el sí quiso hacer una denuncia por todo lo que pasó en el Instituto, pero le dijeron que estaba prescripta la causa. El fue acosado y violado también. Hay más de 20 testimonios de abuso sobre todo de este padre Carlos Buela, que hoy está en Italia y los abusos fueron llevados al Vaticano, corroborados por el Papa anterior y por este Papa, es decir que hay una condena eclesiástica”, describió .
Sostuvo que “también se usaba mucho el tema físico, un castigo personal llamado penitencia, en cierta manera era obligatoria en la cual se hacían los llamados ilicios, o algo para golpearse, y además los psicológicos, que creo que influyen mucho más porque el desestimar al otro es un abuso psicológico”.
“Yo alguna vez escuché algo pero sin pruebas. Sabía que en estos lugares se medicaba a los chicos y después estos maltratos físicos de los que se hablan es muy posible que se hacían en la manera psicológica de como ellos trabajan, que al error es castigo”, recordó.
En el final de su relato sostuvo que “la religión católica perdió su visión de ser, más en estos casos. Esto de un sistema tan ortodoxo, poco abierto a los seres humanos, poco abierto a la misericordia de las personas. Yo me he encontrado con gente que también salió y me decían que en el momento que lo contaba ‘no te creía, hoy te creo’. Quiere decir que ha habido otra conciencia que haya ido profundizándose en todos nosotros, y para la sociedad esperamos eso, que se profundice aún más”.