Este procedimiento es muy popular, tanto que hasta lo enseñan en las escuelas a niños pequeños. Existe una alternativa muy llamativa e igualmente efectiva: germinar semillas de plantas dentro de la cáscara de un huevo. Esta opción es más ecológica y nutritiva para los brotes.
Cómo germinar semillas de plantas dentro de la cáscara de un huevo
Realizar semilleros caseros con cáscaras de huevo es muy sencillo. Este truco permite reutilizar las cáscaras de huevo y dar vida a nuevas plantas.
Los germinadores se utilizan para asegurar el desarrollo de la planta en las primeras fases de vida y evitar que las circunstancias climáticas, los suelos y las plagas ataquen los brotes.
Es una manera de dar un empujoncito a las especies. Las semillas logran crecer protegidas y en mejores condiciones.
Para este germinador casero vas a necesitar: un cartón de huevos de soporte, cáscaras de huevo relativamente enteras para colocar la tierra, sustrato de tierra nutritivo, semillas de la planta que deseas germinar y un destornillador.
Cuando vayas a consumir los huevos rompe la cáscara cuidadosamente por la parte superior para que quede lo más entera posible. Enjuaga las cáscaras de huevo con agua y llévalas al fuego en agua por unos minutos.
Con el destornillador realizar un pequeño hueco en la parte inferior de la cáscara de huevo para que el agua drene correctamente una vez que pongas la tierra y semillas.
Coloca tierra hasta la mitad dentro de la cáscara de huevo, introduce la semilla de la planta que prefieras y rellena con tierra hasta arriba. Pon los huevos en el soporte de cartón y riega semanalmente hasta que comiencen a salir los brotes.
Las ventajas de germinar plantas en cáscaras de huevo
El truco de la cáscara de huevo es perfecto para obtener brotes de plantas nuevas. Ahora que ya conoces esta alternativa debes ponerla en práctica.
La germinación es un procedimiento con múltiples beneficios: mejora la calidad nutricional de las semillas, acelera el crecimiento y protege las plantas de factores externos.