El color amarillo está más asociado con la amistad y la energía positiva que con el amor pasional. En el lenguaje de las flores, el color amarillo simboliza alegría y buenos deseos, pero no necesariamente romance o pasión.
En caso de querer expresar, a través de las flores, sensaciones de pasión, amor o romance, lo mejor es obsequiar flores rosas rojas o incluso blancas.
En algunos países, obsequiar flores amarillas está asociado con la idea de despedidas, rupturas y desamor. Regalar flores amarillas también puede interpretarse como un mensaje de que la relación está llegando a su fin o que los sentimientos han cambiado. Además, en ciertos contextos, un ramo de flores amarillas puede representar un amor que se está apagando o incluso infidelidad lo que puede generar confusión y malentendidos.
Como mencionamos previamente, en San Valentín es mejor obsequiar flores de color rojo o rosas, ya que las mismas transmiten emociones y sentimientos como pasión, deseo, amor intenso, etc. Si por el contrario quieres expresar que tu amor es puro, sincero y espiritual, lo mejor es obsequiar flores blancas.
Si lo que buscas es expresar un gesto más dulce y tierno, los tulipanes rosados pueden ser perfectos, ya que simbolizan afecto, delicadeza y un amor en crecimiento.
Además, puedes acompañar el ramo de flores con un obsequio más significativo y personal como una carta escrita a mano o un álbum de flores.