Teniendo en cuenta que el arroz es el cereal más utilizado en la cocina argentina, tiene muchas variantes para acompañar en risotto, y como indica la tradición italiana, es ideal para disfrutar de su sabor en la mesa familiar.
Entre sus numerosas variantes, el risotto fue estar complementado con hongos, calabaza, queso o mariscos, o se puede adaptar con los ingredientes que están disposibles en casa, lo que lo vuelve una opción práctica, versátil y deliciosa.
El risotto es mucho más que un simple plato de arroz: es un plato con mucha historia en la gastronomía italiana, que se remonta al norte del país, en la región de Lombardía. El arroz llegó a Italia gracias a los árabes en la Edad Media, en el siglo XV en momentos que comenzó a cultivarse donde encontró el clima perfecto para crecer, en el valle del Po.
Lo más importante para hacer bien el risotto es la práctica, ya que cuanto más seguido se haga más posibilidades hay de que un día llegue a salir perfecto. Y la versión con calabaza cremoso resulta perfecto que lo convierte en un plato sencillo, sabroso y nutritivo.
El risotto es un símbolo de la cocina italiana. Su preparación requiere paciencia, técnica y buen caldo, y es casi como un ritual. Y aunque el clásico se hace con azafrán, hoy existen cientos de versiones con ingredientes como hongos, mariscos, vegetales, queso o carne.
El secreto del risotto está en su textura cremosa, lograda al cocinar el arroz lentamente, agregándole caldo lentamente y jamás dejar de revolverlo constantemente.