Aventura

Recorren el país en un fitito y medio y pasaron por Mendoza

Pablo y Noemí son un matrimonio tucumano que viajan a bordo de un vehículo muy llamativo: un fiat 600 que lleva medio fitito como trailer

Por UNO

Pablo y Noemí son dos jóvenes argentinos que se dedican a viajar por todo el país. Lo sorprendente no es eso, ya que son muchas las personas que lo han hecho y que lo seguirán haciendo, sino que su viaje es a bordo de un fitito y medio. Sí, de un Fiat 600 que traslada a la mitad de otro Fiat 600 como si fuese un carrito.

La pareja salió hace un tiempo desde Tucumán y decidió unir el territorio argentino a través de la Ruta 40, la 3 y otras. Por donde pasan son una sensación. Y no es para menos. La imagen que dan con un auto llevando la mitad de otro provoca la curiosidad de todos los que lo ven.

La idea del viaje le surgió a ambos durante la pandemia. En ese momento, miles de familias quedaban separadas por las restricciones para viajar entre las provincias. Fue allí que vino el plan de que, apenas se pudiera, se iban a atravesar todas las ciudades que en ese momento no se podían. Y lo hicieron.

Pablo le pidió el Fiat 600 a su papá. No fue casualidad. Desde hace años que su padre lo usa para asistir a reuniones de fanáticos de fititos, por lo que el auto estaba preparado para recorrer grandes distancias.

Aunque no todo es bueno. El que ha tenido este tipo de autos sabe que en zonas en los que hay mucho viento no pueden ir muy rápido, por precaución, así que en esas zonas solamente lo hacían a 60 kilómetros por hora. Más allá de eso, ha sido una travesía con muy pocos inconvenientes y en los que han recorrido más de 10.000 kilómetros

El medio fitito

El medio fitito que llevan Pablo y Noemí tiene su historia. Según explicó Pablo a medios de Tierra del Fuego, porque hace unas semanas llegaron hasta esa provincia, fue un chico tucumano el que lo hizo.

No se conocían entre ellos, pero Pablo si había visto a sus hermanos y fueron estos los que le comentaron antes del viaje del medio fitito.

“Estaba guardado. Si bien ya habían vendido el auto, los padres lo mantenían por una cuestión sentimental, y no se querían desprender de él”, manifestó. La razón era que el chico había muerto hace unos años.

Tiempo después se lo vendieron, pero siempre bajo la confianza de que su nuevo dueño lo iba a cuidar. En ese momento, ya el viaje era algo concreto.

La idea es volver a Tucumán en los próximos días. Allí descansar y después completar el viaje por el norte del país y la mesopotamia. Una aventura que jamás olvidarán.

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