Preparar la mezcla en cuestión no exige conocimientos técnicos ni equipos especiales. Solo requiere planificación y algo de paciencia.
Solo se necesita mezclar cada uno de esos ingredientes en un recipiente con especias y condimentos a gusto. Pimienta negra, pimentón, ajo en polvo o hierbas frescas pueden sumarse a la base líquida para potenciar el aroma.
Luego, se sumerge el corte de carne en esta mezcla durante al menos dos horas. Se recomienda no excederse de este tiempo ya que, por ejemplo, el jugo de papaya podría afectar la estructura del alimento.
Antes de llevar la carne al fuego, conviene enjuagarla bien con agua para eliminar restos de la marinada. Posteriormente, debes cocinar todo como lo haces habitualmente, y verás los resultados a la hora de servir los distintos cortes.
Este método no reemplaza la experiencia ni la intuición del parrillero, pero aporta una herramienta útil para mejorar cualquier corte de carne, incluso aquellos más económicos o menos nobles.
Cuáles son los cortes de carne más duros y blandos
Los cortes de carne más blandos y recomendados para asar o cocinar a la parrilla son el lomo, el solomillo, el Ribeye y el Filete. Estos provienen de áreas del animal que realizan poco esfuerzo físico, lo que los convierte en opciones tiernas y jugosas.
Por otro lado, los cortes de carne más duros son generalmente aquellos que provienen de las patas, hombros y cuello del animal, donde los músculos se utilizan más para moverse y soportar peso. Ejemplos de estos cortes incluyen el jarrete, la paleta, la falda y el pepino de res.