Al terminar de comer toda la mermelada del envase, los frascos de vidrio terminan en la basura. Esto no ayuda al medioambiente, ya que dichos recipientes se pueden reciclar y tener una segunda vida gracias a una sencilla idea DIY. Descubrí qué podés hacer para potenciar la decoración de tu hogar.
Cómo reciclar frascos de mermelada vacíos y crear distintos adornos vintage
El movimiento Do It Yourself (DIY) ha revalorizado el potencial de los objetos cotidianos que, con un poco de creatividad, pueden transformarse en piezas clave de decoración. Un material que abunda en el hogar y ofrece una versatilidad increíble son los frascos de vidrio de mermelada (también pueden ser de yogur, de café y hasta de conservas).
Siguiendo el tutorial que brinda la especialista en DIY Agustina Gallo, podremos convertir estos recipientes comunes en elegantes objetos que simulan costosas piezas de diseño, añadiendo un toque shabby chic o rústico-sofisticado a cualquier espacio.
Para iniciar esta tarea se necesitan varios frascos de vidrio reciclados, idealmente de diferentes formas y tamaños para crear un conjunto visualmente dinámico. Además, pintura a la tiza y pintura acrílica de distintos colores.
Antes de cualquier aplicación, es vital asegurarse de que los frascos estén perfectamente limpios y libres de etiquetas, garantizando una adherencia óptima de la pintura. Aclarado esto, el primer paso será pintar los envases con pintura a la tiza. La especialista recomienda aplicar dos manos, para que el diseño que hagamos luego se adhiera perfectamente.
El siguiente paso será pintar el borde del frasco con acrílico azul y un pincel. Luego, buscar un cepillo de dientes viejo, pasarlo sobre el acrílico azul y después pasarle el dedo pulgar al cepillo (sobre el frasco) para que las pequeñas gotas caigan sobre la pintura blanca, creando un efecto de falso enlozado.
Después del salpicado azul, pintar pequeñas manchas sobre el frasco y pintar sus bordes de color rojo, simulando el color óxido. Para la decoración final, el tutorial recomienda realizar flores, aunque podés hacer el diseño que más te guste.
El objeto decorativo resultante es increíblemente versátil. Puede funcionar como un florero chic para centros de mesa, como un organizador de utensilios con personalidad propia y hasta un especiero. Como ves, con frascos reciclados, pocos materiales y mucho ingenio conseguirás piezas elegantes que aportarán a la decoración del hogar.






