Plantearse el futuro de la matriz productiva de Mendoza puede ser contraproducente teniendo en cuenta que la producción agrícola, y la vitivinicultura en específico, son palabras mayores en el ámbito que se ocurra. Es inimaginable pensar una provincia sin el empuje de la uva, los viñedos y todo en lo que ello derive. Sin embargo, es cada vez más grande el número de involucrados que piden un debate serio al respecto. La necesidad de encontrar nuevos caminos, rumbos alternativos de desarrollo y crecimiento, han empezado, desde hace tiempo, a generar inquietudes que hoy ponen el avispero en movimiento.
Un informe de hace unos años sobre el fortalecimiento institucional para el diseño del plan estratégico de desarrollo habla de que Mendoza es una provincia "intensiva en servicios", donde el mayor porcentaje del Producto Geográfico Bruto (PBG) se encuentra en el sector terciario: comercio, petróleo y agroindustria. El mismo representa un 59% del PBG.
Según se señaló en su momento, existe una integración vertical entre la actividad agrícola y la agroindustria cuando se observa que en la industria vitivinícola el 98% de la uva producida es industrializada, otro caso es la producción de petróleo crudo y refinería, y finalmente el caso del comercio mayorista, precisamente el empaque con el sector agroindustrial. El sector petrolero no muestra complementación con respecto al resto de las actividades, muy por el contrario al sector metalmecánica y a la construcción que sí prestan diversos servicios a la actividad petrolera.
"Con tendencia a la concentración y a la exclusión, y enfatizando en los beneficios de corto plazo, el actual modelo productivo no garantiza una perspectiva de desarrollo económico y social para la provincia", señala el informe de carácter gubernamental.
Mientras que otro informe elaborado por la Federación Económica de Mendoza junto a la Universidad Champagnat, presentado en julio de 2014, habla sobre la exploración de su diversificación. Cuantitativamente arrojó datos como que Mendoza creció más que la Nación entre 2000 y 2013 por razones macroeconómicas: en primer lugar, hay una alta "correlación" entre el crecimiento provincial y el del país; en segundo punto, el promedio de bienes "transables" es mayor en Mendoza, y eso hace que cuando el tipo de cambio real es bueno, a la provincia le va mejor que al promedio nacional.
A la hora de preguntarse qué sectores podrían cambiar la matriz productiva, se encontraron los siguientes diagnósticos:
Pronóstico alentador
Al respecto del futuro de la matriz productiva de Mendoza, Acción Productiva fue a dialogar con el ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Enrique Vaquié, quien en un ida y vuelta entregó conceptos claros de su percepción. Allí sostuvo que es necesario armar una mesa de diálogo sobre la actividad minera, donde se llegue a conceptos "consistentes y coherentes"; además de opinar sobre el futuro de la industria vitivinícola y las energías renovables.
-¿Qué opina de la minería en Mendoza?
-La minera es una actividad presente en la provincia desde hace muchas décadas y creemos que puede aportar mucho potencial al desarrollo económico de la provincia y de los mendocinos. Hoy existe un marco, que vamos a respetar a rajatabla, que es la Ley N° 7.722, recientemente avalada por la Corte Suprema. Vamos a hacer todo lo posible para que la actividad minera se desenvuelva en Mendoza, siempre y cuando se respete dicha normativa.
Por eso, estamos trabajando en forma coordinada con la Secretaría de Ambiente para que en la mesa se sienten nuestros técnicos y los de ellos. En definitiva, que el Gobierno exprese una opinión consistente, coherente y acorde técnicamente.
A este trabajo debe sumarse el que las propias empresas deben realizar para obtener la licencia social de los proyectos que quieran concretar, en el que desde el Estado colaboraremos, pero en el que las propias compañías son responsables.
¿Qué le falta a la provincia para animarse a un verdadero debate minero?
-Discutir sobre sustantivos y no sobre calificativos. Poner adelante los fundamentos y los datos ante que las subjetividades. Necesitamos que las empresas y los mendocinos entiendan esto. Junto con Ambiente, venimos dando pasos muy prudentes y creemos que hay que reabrir una Mesa Minera como espacio de diálogo de todos los actores. La mesa tiene que tener un método profesional de trabajo donde cada reunión vaya teniendo conclusiones y que no empecemos a discutir nuevamente. Por eso vamos a contratar especialistas en manejos grupales, para que se vayan sacando conclusiones y a discutir casos concretos cosa que lo veamos proyecto por proyecto en el marco de los cumplimientos.
-¿Cómo toma la medida del presidente Mauricio Macri en la quita de retenciones al sector minero?
-Está en sintonía con la quita de retenciones a las exportaciones de las economías regionales y la baja a las de la soja. En este sentido, creo que la medida podría tener un efecto positivo en Mendoza y ayudaría a atraer inversores para proyectos que ya tienen aprobación legal y licencia social como Potasio Río Colorado, en el que estamos trabajando con mucha intensidad para que se reabra.-Mientras otras provincias siguen desarrollando su matriz productiva, ¿qué balance hace de Mendoza en los últimos 10 años?
-Creo que Mendoza necesita una revolución en materia hídrica. Sin agua no vamos a tener ninguna posibilidad de discutir el desarrollo de la matriz productiva. Y como dato aporto que, desde el 2006, todos los años tenemos menos agua de la que consumimos, por lo que hay que armar una revolución en este sentido y eso es lo que queremos hacer. Por eso, estamos gestionando los fondos para ampliar la oferta y cuando la rentabilidad de los distintos sectores lo permita, discutir sobre el uso y el consumo. No se puede hacer más ganadería, ni expandir la superficie de cultivos, ni más loteos ni otros proyectos si no tenemos más agua. Esto es clave para el desarrollo.
-¿Es la vitivinicultura una industria agotada?
-En absoluto. La vitivinicultura tiene mucho para dar y nosotros vamos a trabajar junto a los bodegueros, viñateros y todos los actores del sector para que supere los problemas que viene atravesando desde hace varios años. Creemos y entendemos que los productores de uno de los mejores vinos del mundo y que es fuente de trabajo de miles de mendocinos requieren que el Estado los asista para lograr los equilibrios y la dinámica perdida. En eso estamos enfocados desde que asumimos y lo haremos hasta que finalice nuestro mandato.
-¿Qué se debe hacer con las energías renovables?
-Estamos trabajando para potenciarlas. Existe una apuesta muy fuerte a las energías renovables, como la eólica y la fotovoltaica. De hecho, contamos con subsecretarías a cargo de gente muy ligada al tema, y más allá de no tener la historia de desarrollos que tienen Neuquén, Chubut o La Rioja, queremos estar en las mejores condiciones para cuando la Nación termine de reglamentar la ley que regule a la actividad.
Hoy tenemos varios proyectos en carpeta. Un parque solar que, en breve, comenzará a construirse en Cacheuta, otro proyectado en General Alvear, y capitales dispuestos a instalar una fábrica de paneles fotovoltaicos en la provincia. Al margen de cada caso concreto, que exige recorrer un camino hasta conseguir el PPA (contrato con Cammesa, administradora del mercado mayorista eléctrico, por el cual se fija una tarifa que asegure rentabilidad), en el cual podemos colaborar, Mendoza tiene ahí una oportunidad de crecimiento muy fuerte.