Cuando colocamos una olla con agua sobre la hornalla, el proceso es muy conocido: primero aparecen pequeñas burbujas en el fondo, luego suben hacia la superficie y finalmente el agua rompe en hervor. Sin embargo, si calentamos ese mismo vaso de agua en el microondas, no siempre ocurre lo mismo. A veces el agua se calienta, incluso llega a temperaturas superiores a los 100 °C, pero sin una sola burbuja visible. ¿Por qué?
¿Por qué el agua hirviendo tiene burbujas, excepto en el microondas?
Cuando hervimos agua en una olla, la base recibe calor directo. Ese calor se transmite primero al agua en contacto con el metal, que comienza a evaporarse y formar vapor. De allí nacen las burbujas: son pequeñas bolsas de vapor que ascienden hasta romper la superficie. El proceso es progresivo y visible porque el agua se calienta de forma desigual, el fondo está más caliente que la parte superior, favoreciendo la formación de burbujas que indican ebullición.
El punto de ebullición significa que, a cualquier temperatura superior a 100 grados, las moléculas se sienten mejor en estado de vapor que en estado líquido. Por encima de los 100 °C, la energía intrínseca de las moléculas de agua es menor en el gas que en el líquido, lo que convierte al vapor en la forma más estable.
Además, el contacto con las paredes de la olla, las impurezas en el agua o incluso rasguños en el metal actúan como “puntos de nucleación”, es decir, lugares donde las burbujas pueden formarse con facilidad. Pues la temperatura a la que el agua realmente hierve es un equilibrio entre la energía potencial química ahorrada al convertirse en gas y la energía gastada para formar una burbuja.
El microondas; sin embargo, funciona distinto. En lugar de calentar desde abajo, excita directamente las moléculas de agua en todo su volumen, lo que permite que se caliente de manera más homogénea. Esto provoca que el agua pueda alcanzar temperaturas superiores al punto de ebullición sin generar burbujas visibles.
Sin esos puntos de nucleación, como el metal rugoso de una olla, la formación de vapor es más difícil. Todo parece normal hasta que algo rompe la estabilidad: una cucharita, una bolsita de té o incluso una vibración puede liberar energía de golpe y hacer que el agua burbujee de manera explosiva. Por eso este fenómeno es considerado potencialmente peligroso.
Este proceso tiene nombre: sobrecalentamiento. Ocurre cuando el agua supera los 100 °C sin hervir, acumulando energía sin poder liberarla en forma de vapor. El agua hierve con burbujas en la hornalla porque se calienta desde abajo, creando vapor que sube y rompe la superficie. En el microondas, en cambio, el calor uniforme puede impedir que el agua forme burbujas, dando lugar al fenómeno del sobrecalentamiento.






