Montañas secretas

Nuevo hallazgo sitúa el límite sur de la presencia inca en El Azufre, Malargüe

Científicos de la UNCuyo descubrieron sitios que obligan a repensar el borde sur del imperio inca. En el resort El Azufre dicen que apoyarán la investigación

La gente de ciudad imagina a la cordillera como un lugar vacío y casi siempre hostil. Es un prejuicio: en el sur de Mendoza hay caminos de montaña cuyas vegas se salpican de flores y pasturas en verano, aunque durante el resto del año la nieve lo cubra todo. Y es en uno de esos paisajes -en El Azufre, Malargüe- donde un grupo de arqueólogos de la Universidad Nacional de Cuyo acaba de encontrar vestigios incas que desafían lo que se sabía sobre ese imperio.

"¡Es demasiado al sur para ser inca!", habría reaccionado hasta hace poco cualquier estudioso del tema. Ahora esas certezas pueden cambiar.

A pocos kilómetros de la frontera con Chile, unas paredes pircadas y una cueva empezaron a revelar el pasado de un lugar adyacente a las pistas donde avanza el proyecto del centro de esquí en construcción. Así, lo que parecía un espacio virgen desde el principio de los tiempos empezó a adquirir nuevos colores y a dibujar un mapa de caravanas con llamas, mineros con sus cerámicas decoradas, rituales llenos de aromas y seres de montaña a los que había que pedir permiso para transitar.

El azufre argentina frontera con Chile
Los hallazgos arqueológicos se produjeron a pocos kilómetros de la frontera entre Argentina y Chile.

Los hallazgos arqueológicos se produjeron a pocos kilómetros de la frontera entre Argentina y Chile.

Eso es, palabras más o menos, lo que empieza a describir Víctor Durán, investigador del Conicet y director de la pesquisa en tierras malargüinas. Especialista en arqueología inca y ambientes de altura, cuenta que se trata de un entorno con “valles muy abiertos, con una gran oferta de agua”.

Es -cuenta- “un ambiente magnífico de cordillera”, con cerros bajos, volcanes y ríos que permiten la formación de humedales. “Realmente no tiene nada que ver con la Mendoza árida que imaginamos”.

Hacía más de una década que Durán rondaba por la cuenca del río Valenzuela junto a Alejandra Gasco, Carina Llano y Ramiro Barberena. Al evaluarse el impacto ambiental en el master plan correspondiente al proyecto El Azufre, los convocó la Fundación de la Universidad Nacional de Cuyo para analizar cómo afectará ese proyecto bienes y áreas de interés arqueológico/patrimonial. Para 2022, ya tenían claro que ahí había materiales que podían causar revuelo en la comunidad científica.

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El doctor Víctor Durán, reconocido por su trayectoria en diversas excavaciones y su caminar de tranco largo, trabajando en una oficina de la Facultad de Ciencias Exactas (UNCuyo).

El doctor Víctor Durán, reconocido por su trayectoria en diversas excavaciones y su caminar de tranco largo, trabajando en una oficina de la Facultad de Ciencias Exactas (UNCuyo).

Un nuevo mapa del imperio inca

Los sitios arqueológicos VP-16 y VP-28 se ubican en Malargüe, en los valles de los arroyos de La Punilla y de Los Ciegos. En invierno, la temperatura desciende ahí hasta los 25 grados bajo cero.

Según el equipo de investigación, los sitios representan la presencia inca más al sur que se ha encontrado en el continente. Un punto donde asoma lo que fue el circuito de postas y enclaves que construyó el imperio más allá de la frontera formal del Tawantinsuyo, generalmente reconocida unos 120 kilómetros al norte, sobre el río Diamante.

En este mapa puede verse la ubicación:

mapa de hallazgo arqueológico sur incas el azufre mendoza malargüe

No todo era trabajo para los incas. Parece que en esa trama de caminos cordilleranos -que se extendían hasta el confín imperial- había postas de piedra utilizadas para reponer fuerzas. VP-28 es un conjunto de 12 recintos pircados que alrededor cuentan con terrenos húmedos (vegas) donde en época estival crece vegetación. Cuesta poco imaginar a las llamas masticando ese pasto.

Durán cree que en verano había bastante actividad. Explica: “Una llama cargada no camina más de 20 o 25 kilómetros en cordillera por día, y vos tenés que dejarla descansar. Y entonces en ese lugar de descanso se generan este tipo de estructuras, que te permiten pasar una noche, dos noches, y luego seguir”.

restos incas en Malargüe El Azufre 2
Una de las paredes pircadas -presuntamente incas- que se hallaron en la zona de El Azufre (Malargüe).

Una de las paredes pircadas -presuntamente incas- que se hallaron en la zona de El Azufre (Malargüe).

Cerca de ahí está el otro sitio investigado. VP-16 es una cueva dentro de un gran desprendimiento de rocas en las inmediaciones del arroyo de La Punilla. Los bloques caídos han generado resguardos naturales y sobre esa base los obreros de hace más de quinientos años armaron un espacio semisubterráneo, cubierto y quizá tibio frente a las noches de viento helado.

Los estudios sobre el carbón hallado en ese recinto revelan que hubo ocupación en el siglo XV. “Ellos hicieron esta cueva que hoy en día tiene una superficie de 25 metros cuadrados, pero para eso tuvieron que sacar 30 metros cúbicos de sedimento, y aparte le metieron un muro que es anchísimo”, aporta Durán.

Para el especialista, eso muestra que fue una labor organizada. “No es una conducta propia de cazadores-recolectores. No se van a poner a trabajar 15 días sacando material cuando pueden poner un toldito al lado de una mata y pasar la noche con condiciones similares”. Ahí había un Estado, una coordinación más compleja.

cerámica inca
Algunas de las cerámicas halladas en los sitios que analizaron los arqueólogos. Los especialistas aseguran que hay fuertes indicios de que eran lugares ocupados por los incas.

Algunas de las cerámicas halladas en los sitios que analizaron los arqueólogos. Los especialistas aseguran que hay fuertes indicios de que eran lugares ocupados por los incas.

El motivo, conjeturan los arqueólogos, es que en esa cueva tal vez se terminaban de organizar cargamentos de obsidiana que salían a la ruta. Se cortaban trozos, se tallaban puntas de flecha y se organizaba el trabajo derivado de la extracción.

Si bien los incas tuvieron conflictos con los pueblos que habitaban más al sur —se habla, por ejemplo, de la Batalla del Maule en Chile—, no se han encontrado por ahora señales de conflicto armado en esa zona de Malargüe.

víctor duran alejandra gasco y joaquín rodríguez richard arqueólogos uncuyo
Los investigadores Víctor Durán, Alejandra Gasco y Joaquín Rodríguez Richard, parte del equipo que trabaja en los sitios arqueológicos de El Azufre.

Los investigadores Víctor Durán, Alejandra Gasco y Joaquín Rodríguez Richard, parte del equipo que trabaja en los sitios arqueológicos de El Azufre.

Qué buscaban los incas en el sur de Mendoza

¿Por qué los incas se esforzaron tanto por encontrar obsidiana? Sus propiedades físicas son conocidas: es un vidrio volcánico ideal para tallar y para hacer puntas de flecha. Sin embargo, también se le añadía un contenido espiritual.

La obsidiana malargüina aparece en tumbas a más de 300 kilómetros del punto de extracción -en Uspallata, por ejemplo- y se la halla también en ofrendas que dejaban los caravaneros incas para pedir permiso a los wak’as (seres poderosos) de la montaña.

puntas El Azufre hallazgo arqueológico 2
Puntas de obsidiana encontradas en El Azufre. Se cree que además de su uso práctico el material tenía connotaciones espirituales.

Puntas de obsidiana encontradas en El Azufre. Se cree que además de su uso práctico el material tenía connotaciones espirituales.

Puntas El Azufre hallazgo arqueológico

“Transitar, pedir que en el camino todo vaya bien, que cuando llegues a la posta o a tu recinto no caiga una nevada, todo eso tiene que ver con esos ‘pagos’ que se hacían a los seres poderosos. Y está bueno tenerlo en cuenta, porque desde nuestra cultura tendemos a pensar en los recursos que estaban buscando. Pero a lo mejor esos recursos eran también espirituales”.

La que comenta es la doctora Alejandra Gasco, miembro del equipo científico que conduce Durán. “En esta área, por ejemplo, hay volcanes como el Peteroa y el Planchón, que implicaban una carga simbólica que nosotros hoy no percibimos”, ilustra.

A medio camino entre la utilidad práctica y el poder sobrenatural, la extracción de obsidiana parece haber sido lo que justificó la realización de estos sitios, bajo la decisión del Estado inca de poner ahí mineros y caravaneros que se articulaban con las colonias del valle central chileno (Palquibudi).

Alejandra Gasco hallazgos arqueológicos El Azufre
La doctora Alejandra Gasco cuidando algunos hallazgos de El Azufre en su oficina de la UNCuyo.

La doctora Alejandra Gasco cuidando algunos hallazgos de El Azufre en su oficina de la UNCuyo.

Las llamas incas y la nieve del centro de esquí

Del mismo modo en que las excavaciones invitan a concebir un espacio diferente al que vemos hoy, también las nociones del tiempo se ven desafiadas. Joaquín Rodríguez Richard es otro de los investigadores involucrados y, frente a una computadora, muestra cómo con imágenes satelitales ha ido detectando los itinerarios más probables por los que pueden haber circulado las caravanas incas en función de inclinaciones, presencia de agua, etcétera.

Una llama cargada avanza entre 20 y 25 km por día. Pero cada 3 o 5 días estos animales requieren reposos más largos; de ahí que existieran postas más complejas que habrían incluido espacios de taller y de prácticas rituales. Se priorizaba tanto la salud del animal como la del humano. O sea que el camino era más que un camino. Era una forma de existir.

Joaquín Rodríguez Richard trabajo arqueología el azufre
Joaquín Rodríguez Richard rastrea los itinerarios más probables que pueden haber utilizado los incas en la zona de El Azufre.

Joaquín Rodríguez Richard rastrea los itinerarios más probables que pueden haber utilizado los incas en la zona de El Azufre.

Hoy, muy cerca de esas huellas casi extintas, avanza el centro de esquí El Azufre, que promete inversiones por U$S 240 millones hasta alcanzar una capacidad de 5.000 camas en los próximos 6 o 7 años.

Mariano Pandolfo es ingeniero civil y uno de los profesionales que más tiempo pasa recorriendo las más de 11.000 hectáreas que componen el resort. “Para nosotros este hallazgo fue totalmente inesperado y le damos todo el apoyo. Desde el inicio la empresa consideró que tiene responsabilidad en el resguardo de estos materiales y por eso ya se hizo una capacitación con el personal para que cada uno de quienes trabajan acá sepa cómo actuar ante un potencial descubrimiento”.

incas en El azufre trabajos arqueológicos
Arqueólogos del siglo XXI e incas del XV: un diálogo posible a través de la ciencia. Imagen ilustrativa.

Arqueólogos del siglo XXI e incas del XV: un diálogo posible a través de la ciencia. Imagen ilustrativa.

Pandolfo dice que la compañía que gestiona El Azufre ha puesto sus instalaciones a disposición para que avancen las investigaciones arqueológicas. Por eso ya se está pensando en un centro de interpretación abierto al público a la vera de la ruta 226 -a 190 kilómetros de Malargüe-, con diversas actividades que potencien las visitas.

“Ninguna parte del proyecto turístico interfiere con esas ruinas, aunque igual asumimos el compromiso de resguardarlas”, subraya, mencionando a su vez que el Estado, a través de las oficinas de Patrimonio, tiene un estricto protocolo respecto de cómo se debe actuar en estos casos, con sectores de contención que minimicen el impacto de la presencia humana.

“Todo lo que es patrimonio se convierte en bien del Estado; por lo tanto, el Estado es el que establece los protocolos”, amplía.

¿Se puede ir ahora mismo a ver las ruinas? “Todavía están tapadas por la nieve. Actualmente tenemos unos 65 centímetros acumulados -advierte Pandolfo-. Tené en cuenta que estamos hablando del lugar más al oeste del territorio provincial, una especie de península que ‘entra’ en territorio chileno. Es más: El Azufre limita al norte, al sur y al oeste con Chile; de ahí la abundancia de nieve (porque las montañas no 'frenan' a la humedad)”.

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En El Azufre (Malargüe) hay nieve durante gran parte del año. Imagen ilustrativa.

En El Azufre (Malargüe) hay nieve durante gran parte del año. Imagen ilustrativa.

Diálogo entre el futuro y el pasado

Hoy El Azufre es un punto de intersección entre dos formas de entender el tiempo y el espacio. Bajo la nieve, las pircas conservan la memoria de un universo difuminado, el incaico; mientras en otra zona avanzan las obras para completar las etapas de lo que -se prevé- será un resort de categoría internacional.

Más de cinco siglos han transcurrido desde que aquellos caravaneros de obsidiana circulaban pidiendo permiso a sus dioses y conversando sobre vaya a saber qué cosas en las noches frescas de la cordillera. Ahora vuelven a escucharse voces. Distintas, en otras lenguas. Pero voces humanas al fin. Y donde hay voces humanas, hay posibilidad de diálogo.

  • Científicos que participan de las investigaciones arqueológicas en la zona de El Azufre: Víctor Durán, Alejandra Gasco, Ramiro Barberena, Carina Llano, Vanina Terraza, Diego Andreoni, Jimena Paiva, Joaquín Rodríguez Richard y Paulina Remy. En breve, se espera que las conclusiones de sus tareas se publiquen en revistas especializadas para revisión de otros especialistas.

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