La empresa Consettur Machupicchu lleva 30 años llevando turistas desde Aguas Calientes hasta Machu Picchu. Su licencia venció, pero siguió operando. El pueblo se hartó y exige que entre otra empresa.
Los manifestantes pusieron rocas y troncos en las vías del Inca Rail que conecta Ollantaytambo con Aguas Calientes. Cerrado completamente. No llega ni un turista al pueblo ni a Machu Picchu hasta que no cambien la empresa de transporte. Es una huelga indefinida.
Aguas Calientes depende del flujo constante de visitantes. Cada día llegan 4.500 turistas a la ciudadela. Hoteles, restaurantes, guías: todos sufren las consecuencias.
La ministra León prometió reunirse con autoridades locales. Mientras tanto, Machu Picchu sigue cerrado y los turistas no pueden llegar ni al pueblo base. Las pérdidas se acumulan y Perú necesita resolver esto rápido porque septiembre es temporada alta.
Turistas varados y un conflicto sin fecha de cierre
aguas calientes
El pueblo de Aguas Calientes es la puerta de entrada a Machu Picchu.
La policía despejó las vías a medianoche del lunes para evacuar gente. Pocas horas después, los manifestantes volvieron a bloquear todo. Conocen el terreno y tienen claro lo que quieren.
"Hemos coordinado el traslado de los pasajeros que se encontraban en la llaqta", dijo León a la radio RPP. Miles de turistas tuvieron que cambiar planes, otros esperan en condiciones precarias.
El pueblo de Aguas Calientes mantiene su postura: solo levanta el bloqueo cuando entre una nueva empresa. El cambio de operadora necesita trámites que pueden llevar semanas. Machu Picchu permanece cerrado mientras tanto. Perú tiene un problema serio y cada día que pasa es dinero que se va.