corchos
Los corchos de vino están elaborados con materiales que benefician a las plantas del jardín.
En concreto, la estructura del corcho está compuesta casi en su totalidad por aire, convirtiéndose así en un buen regulador de humedad del suelo. Es decir que, gracias a este pequeño objeto, mejoraremos el riego, reteniendo el exceso de agua y liberándola gradualmente. Al mismo tiempo, evitaremos la evaporación excesiva que habitualmente comienza a desarrollarse en octubre con el incremento de las temperaturas.
Además de regular la humedad, si colocas unos cuantos corchos en el jardín, mejorarás la oxigenación del suelo, debido a que se generará una textura aireada, evitando que la tierra se compacte y ayudando así a las raíces a respirar mejor.
Por otro lado, la textura porosa e irregular de los corchos actúa como una barrera ante el avance de plagas como caracoles y babosas, protegiendo así a las plantas del jardín, especialmente durante este mes, en donde las lluvias comienzan a ser más abundantes y frecuentes.
Corchos de vino (1)
Guarda los corchos de vino y utilízalos para beneficiar tu jardín.
Antes de implementar este truco de jardinería, será fundamental inspeccionar el material del corcho, asegurándonos de que no sean plásticos y no contengan silicona, debido a que estos materiales no se descomponen y tampoco generan las ventajas mencionadas anteriormente.