El museo Moyse's Hall en Bury St Edmunds reveló un descubrimiento escalofriante que transporta a los visitantes al brutal crimen de 1827. La institución británica encontró un segundo libro con características macabras olvidado en una estantería común: parte de su encuadernación contiene piel humana perteneciente a William Corder, condenado por el asesinato de Maria Marten.

Entre estanterías repletas de documentos históricos y reliquias del pasado, el personal del recinto cultural halló este volumen que permanecía inadvertido durante décadas. El ejemplar relata precisamente el macabro crimen por el cual Corder fue ejecutado, un caso judicial que cautivó a miles de espectadores durante su pública ejecución en la horca.

El crimen que estremeció a Inglaterra

William Corder, hijo de un agricultor de la región, ganó notoriedad como estafador y mujeriego antes de iniciar una relación con Maria Marten. La joven quedó embarazada y dio a luz al hijo de ambos, quien falleció poco después. Tras este trágico suceso, la pareja planeó contraer matrimonio según relatos del libro hallado.

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El descubrimiento tiene cientos de años de antigüedad, pero sigue siendo impresionante.

El descubrimiento tiene cientos de años de antigüedad, pero sigue siendo impresionante.

Mediante engañosas promesas matrimoniales, Corder atrajo a Marten al Granero Rojo en Polstead. Este lugar se convirtió en escenario de un asesinato brutal cuando la mujer desapareció sin dejar rastro. El criminal construyó una elaborada mentira, asegurando a amigos y familiares que él y Marten se habían casado y vivían felices en otro pueblo, según documentan los registros macabros de la época.

Inquietantes visiones asaltaron a la madrastra de la víctima, llevándola a sospechar sobre el terrible destino de Maria. Sus intuiciones resultaron acertadas cuando las autoridades hallaron el cuerpo en descomposición de la joven escondido en uno de los contenedores de grano del granero, hecho que documenta detalladamente el libro encontrado en el museo.

Evidencias contundentes contra Corder emergieron rápidamente. En 1828, tras su arresto, fue juzgado en Shire Hall, donde lo declararon culpable y condenaron a morir en la horca. Una multitud estimada entre 7,000 y 20,000 personas atestiguó su ejecución pública, acontecimiento que marcó la historia documentada en el libro con encuadernación de piel humana.

Un descubrimiento macabro

Después de la autopsia, la piel de Corder pasó por un proceso de curtido para encuadernar un relato sobre el asesinato. Este primer ejemplar, completamente forrado con tejido humano, forma parte de la exposición permanente del Museo Moyse's Hall, constituyendo una pieza de gran interés histórico a pesar de su naturaleza perturbadora.

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El nuevo descubrimiento presenta diferencias respecto al original. Según explicaron desde la institución: "El libro redescubierto utiliza la piel únicamente en el lomo y las esquinas". Personal del museo realizó comparaciones visuales entre ambos ejemplares y determinó que el material procede de la misma fuente, confirmando su autenticidad histórica.

Alex Clarke, representante del Museo, aclaró que estos hallazgos inesperados reciben el nombre de "pérdidas museísticas", objetos que permanecen sin ser vistos durante extensos períodos. El segundo volumen llegó a la institución hace décadas, donado por descendientes relacionados con el médico que realizó la autopsia de Corder, pero quedó inadvertido en una estantería común.

La historia detrás de estos libros trasciende la mera curiosidad para convertirse en testimonio de prácticas judiciales y científicas de la época victoriana. El Museo Moyse's Hall continúa investigando este macabro patrimonio que genera tanto horror como interés entre historiadores y visitantes que buscan comprender las costumbres de aquel período histórico.

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