El mate está metido en nuestra cultura y es parte de nuestra rutina. Uno de sus elementos fundamentales es la bombilla, ¿cuál es la bombilla ideal?
El mate está metido en nuestra cultura y es parte de nuestra rutina. Uno de sus elementos fundamentales es la bombilla, ¿cuál es la bombilla ideal?
La bombilla ideal es clave para disfrutar de un buen mate. Debe ser de acero inoxidable o alpaca para evitar que el sabor del matecambie.
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Busca una bombilla con filtro fino, que evita que se tape con la yerba, y un diseño cómodo para cebar sin esfuerzo.
Las bombillas de alpaca son populares porque no transmiten calor y no alteran en absoluto el sabor de la yerba, incluso después de varios años de uso.
Si estamos dispuestos a invertir, recomendamos los bombillas fabricadas con materiales nobles como la alpaca, el acero quirúrgico o plata. Son más resistentes, soportan bien un uso diario e intensivo y no transmiten sabores extraños.
El acero inoxidable es ideal, ya que requiere muy poco mantenimiento. Sin embargo, tiene una ligera tendencia a conducir el calor.
Las bombillas de alpaca o acero quirúrgico son muy recomendables. Es importante que la bombilla sea de buena calidad para que aísle el calor de manera efectiva y evites así ingerir partículas del material.
Las bombillas curvas son más cómodas cuando llega el momento de tomar unos ricos mates. Las que tienen en la base forma de "almendra", se adaptan bien a la forma del mate y las tipo resorte facilitan el flujo de agua.
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En cuanto a la limpieza, las desmontables son mas fáciles de limpiar y prácticas al momento de limpiarlas porque pueden desarmarse.
Cuando preparamos el mate, es fundamental mezclar bien la yerba: tapar el mate con la mano y sacudir enérgicamente para lograr una mezcla homogénea (no para sacar el polvo), sino para lograr que todos los componentes (palo, polvo y hojas) esten bien mezclados. Si no sacudimos bien la mezcla, es más probable que la bombilla se tape.
Sugerimos una vez al mes, sumergir la bombilla en agua hirviendo durante 30 minutos, con dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Después con un cepillo limpiar bien para asegurarnos que no haya quedado ningún residuo.
Si la bombilla es desmontable, cepillar bien cada elemento y soplar para comprobar que se haya destapado.