Silvia Ontivero, la madre de Alejo Hunau, el comunicador asesinado en 2004, recibió un mazazo cuando se enteró de que el asesino de su hijo, Diego Arduino, cometió estafas desde la cárcel. Entonces, dejó de apostar por la recuperación del condenado.
Silvia Ontivero, la madre de Alejo Hunau, el comunicador asesinado en 2004, recibió un mazazo cuando se enteró de que el asesino de su hijo, Diego Arduino, cometió estafas desde la cárcel. Entonces, dejó de apostar por la recuperación del condenado.
"Ya es una persona irrecuperable", dice desde Chile con la voz gastada y quebrada por el dolor y la emoción.
La mujer apostó fuerte por la recuperación del homicida desde que está en prisión. Varias veces. Especialmente cuando apoyó el pedido de libertad condicional y el traslado a su casa para esquivar el Covid por su condición de asmático. Pero ya no más.
Se enteró por la prensa de que el sentenciado había sido imputado por estafa genérica vendiendo falsamente, a través de las redes sociales, materiales de la construcción y cobrando por anticipado para luego desaparecer de las redes.
"Es desilusionante que Diego Arduino siga delinquiendo. Y no sé cuánto tiempo hace que delinque desde adentro de la cárcel", dijo Ontiveros que ya está en contacto con el abogado Alfredo Mellado para analizar los pasos a seguir.
La lucha de Ontivero para que se hiciera justicia fue dignísima y ejemplar. Fue a todas las audiencias, protestó las decisiones judiciales que consideró arbitrarias y escuchó de pie, en 2007, la sentencia de la Cuarta Cámara del Crimen de 16 años de cárcel para el asesino.
Luego sorprendió avalando que le fueran otorgadas la condicional y la domiciliaria, que jamás se concretaron, incluso por carta dirigida a la Justicia.