La fecha de caducidad es más estricta, ya que indica el último día en el que el alimento es seguro para el consumo, mientras que la fecha de consumo preferente se refiere a la fecha hasta la cual el producto mantiene sus mejores propiedades en cuanto a sabor y calidad, aunque no sea peligroso consumirlo después de esa fecha.
Las fechas de caducidad no son una sentencia de vida o muerte para los alimentos. En Estados Unidos, estas fechas son voluntarias, excepto para los alimentos para bebés. Las etiquetas de fecha de caducidad no se centran tanto en la seguridad del producto, sino en la calidad que garantiza el fabricante. Los productores establecen estas fechas con la idea de que no todos los consumidores almacenen los productos en condiciones óptimas.
Existen varios alimentos que, aunque hayan superado su fecha de caducidad, todavía pueden consumirse con seguridad. Algunos de ellos son:
Además, las bebidas alcohólicas, aunque su sabor puede verse afectado con el tiempo, siguen siendo aptas para el consumo, exceptuando algunas excepciones como la cerveza, que puede perder parte de su sabor original.