El ajo tiene poderosos beneficios y propiedades para la salud, además de ser un elemento imprescindible en cada comida, debido a su excelente sabor.

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Poderoso el chiquitín. El ajo tiene excelentes y variados beneficios para el organismo. 

Poderoso el chiquitín. El ajo tiene excelentes y variados beneficios para el organismo.

El ajo es uno de los alimentos más utilizados en las comidas, y suponen una gran aportación de nutrientes al organismo.

Comer ajo conlleva una serie de grandes beneficios para la salud. El ajo es un alimento muy conocido que a pesar de su pequeño tamaño guarda una gran cantidad de nutrientes.

Una bomba poderosa llena de maravillosas propiedades para la salud humana.

El ajo tiene propiedades antimicrobianas, fibrinolíticas, así como micronutrientes, entre los que destacan el manganeso, la vitamina B6, el selenio y la vitamina C.

El ajo es mucho más que un simple ingrediente de cocina, este bulbo se ha utilizado desde hace siglos en medicina tradicional y para mejorar la salud.

Cuando se combina correctamente el ajo y su ingesta, este bulbo se convierte en un recurso muy valioso para alcanzar el bienestar.

La ingesta diaria de un diente de ajo crudo puede reportar múltiples ventajas. Este bulbo es fuente de alicina, un compuesto que potencia el descenso de la inflamación y el aumento de las defensas para combatir las infecciones.

A su vez, el ajo crudo es rico en vitaminas C y E que cuidan la piel y luchan contra el daño oxidativo. Muchas personas afirman que, cuando incorporan en su dieta de forma habitual el ajo crudo, notan una mejora en la calidad de su cutis y una disminución del acné.

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Rico y saludable. El ajo es la verdura con más beneficios y propiedades para la salud. 

Rico y saludable. El ajo es la verdura con más beneficios y propiedades para la salud.

Al incorporar el ajo cuando los platos ya están cocinados, las propiedades beneficiosas de este se mantienen bastante. El ajo estimula las mucosas del estómago, facilita la secreción de jugos gástricos así como del páncreas y del hígado, de este modo le resulta más fácil la digestión y la disminución de ciertos malestares gastrointestinales; aportando además que sus componentes pueden contribuir a equilibrar la flora intestinal haciendo como prebiótico.

Mezclado con guisos, salsas o asados, no solo se enriquece el sabor de la comida, sino que permite también aprovechar sus efectos de una manera que modifica el fuerte sabor y la intensa fragancia del ajo crudo, además de disminuir el riesgo de molestias digestivas.

El ajo cocido mantiene su acción antibacteriana y su acción antifúngico, lo que lo convierte en un magnífico ingrediente para ayudar a defender el organismo frente a infecciones, hongos y virus.

A su vez, otros estudios han demostrado que el sulfuro de dialilo que contiene el ajo contribuye a eliminar bacterias como la Campylobacter, causante de muchas de las intoxicaciones alimentarias.

Fuente: elindependiente.com

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