Cuando decimos que cualquier contexto o motivo es ideal para consumirlas es porque siempre recurrimos a una bebida azucarada después de jugar un partido de fútbol con amigos, cuando nos juntamos a estudiar o después de trabajar. Nos acompañan en los almuerzos, cenas y, en algunas oportunidades, hasta en las meriendas.
Las bebidas azucaradas son las reinas innegables de las reuniones familiares y, de esta manera, desde temprana edad los niños comienzan a consumirlas, exigirlas y beberlas con alegría y en la cotidianidad. Son parte de nuestra rutina y, en escasas oportunidades, pensamos qué podría suceder si buscamos una alternativa para refrescarnos y qué podría suceder si dejamos de consumirlas.
Tal como informó National Geographic, "el agua es la bebida esencial para hidratar el cuerpo" mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) "recomienda en general beber 3.2 litros por persona al día en el caso de los hombres y 2.7 litros en el de las mujeres".
Thais Barca de Moraes, especialista graduada en Nutrición por la Universidad Presbiteriana Mackenzie y posgraduada en Nutrición Aplicada al Ejercicio Físico por la Universidad de São Paulo (USP), explicó: "Lo ideal es beber agua y mezclarla con un vaso o dos de zumo de fruta, sobre todo cuando hace calor".
Es por eso es que siempre es recomendable recurrir al agua para hidratarnos, evitando en lo posible el consumo de refrescos y bebidas azucaradas, las cuales están ligadas a diversos problemas de salud: obesidad, caries, trastornos metabólicos, entre otros.
El objetivo no es eliminarlos de la dieta diaria, pero si es necesario reducir las dosis y consumirlo de manera pensante ya que nuestro cuerpo lo va a agradecer.
Dejar de consumir bebidas azucaradas sería lo ideal para nuestro organismo, sin embargo, proponemos que conozcas los beneficios de disminuir la cantidad, que son los siguientes:
Francesco Branca, Director de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS explicó: "Los edulcorantes sin azúcar no son factores dietéticos esenciales y carecen de valor nutricional. Las personas deberían reducir totalmente el dulzor de la dieta, desde una edad temprana, para mejorar su salud”.
Al afectar el sentido de saciedad del cuerpo, puede estimular el apetito y dificultar la pérdida de peso.
En un estudio publicado en la American Journal of Public Health menciona que el consumo frecuente de estas bebidas azucaradas se asocia con un acortamiento de los telómeros. Estos son los extremos protectores de los cromosomas. El desgaste de estos se vincula con el envejecimiento y las enfermedades crónicas.
El consumo de estas bebidas, aunque sean ‘light’, se vinculan con una estimulación a la producción de insulina. Esto ocasiona que se acumule grasa en el organismo.
Al contener ácido, puede afectar considerablemente el estado y color de los dientes, provocando que se erosionen y que aumente el riesgo de caries. Al dejar de consumir bebidas azucaradas, disminuyes la posibilidad de que los dientes se arruinen, además de mejorar el proceso de digestión.
Aunque muchas bebidas con cafeína se utilizan como estimulantes, lo cierto es que el exceso de azúcares puede provocar deshidratación o altibajos de energía, porque cuando dejas de consumir la bebida refrescante, los niveles de energía se estabilizan.