La cáscara de huevo aporta calcio, esencial para el desarrollo de raíces fuertes y para prevenir enfermedades como la podredumbre apical, que suele darse en los tomates, además de mejorar el drenaje del suelo.
Por su parte, la cáscara de banana licuada aporta materia orgánica que mejora la estructura del suelo, aumentando su capacidad de retención de agua y aireación.
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Puedes probar con colocar las cáscaras al sol antes de realizar este truco
Al licuar las cáscaras, se facilita la liberación de sus nutrientes y su absorción por las plantas, además de hacer más fácil su aplicación, que puede darse de dos formas: mezclando con agua para regar las plantas o aplicando directamente al suelo de alrededor de ellas.
Ya lo sabes, si quieres que las plantas de tu jardín gocen de grandes beneficios, será mejor que licúes la cáscara de banana y huevo para después aplicarla en tus distintos ejemplares.
Recomendaciones importantes
Antes de usar las cáscaras de huevo, es recomendable lavarlas y desinfectarlas para evitar la contaminación con bacterias como Salmonella en las plantas de tu jardín.
En lugar de desechar las cáscaras en la licuadora, puedes probar con colocarlas durante unas horas al sol para facilitar su trituración y posterior conservación.
La proporción de cáscaras de huevo y banana puede variar según las necesidades de las plantas, pero se recomienda usar una cantidad moderada para evitar desequilibrios nutricionales.