Según un estudio, el aislamiento social aumenta en un 30 % la probabilidad de sufrir ictus, cardiopatía isquémica y otros accidentes cardiovasculares.

La soledad aumenta el riesgo de ictus

Por UNO

La primera causa de mortalidad en el mundo son las enfermedades cardiovasculares. En 2012 mataron a 17,5 millones de personas, el 31% de todos los fallecimientos producidos ese año a nivel global. Entre estas dolencias destacan el ictus y la cardiopatía isquémica, que son los primeros agentes de enfermedad y mortalidad en el mundo occidental. Un nuevo estudio relaciona estas cifras con la soledad y elaislamiento social, cada vez más presentes en Occidente. Según sus autores, investigadores de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de York en Heslington (Reino Unido), las personas que viven solas y desconectadas de su entorno tienen un 30% más de riesgo de padecer ictus y otras cardiopatías.

Nicole K. Valtorta, directora de la investigación publicada en la revista Heart, cree que las deficiencias en las relaciones sociales contribuyen a aumentar el riesgo de desarrollar una cardiopatía isquémica o un ictus. Por eso fomentar laamistad y las relaciones sociales puede tener un papel clave para prevenir esas dos dolencias que constituyen las principales causas de morbilidad en los países ricos.

Distintos estudios ya habían probado que la soledad tiene relación con la tensión o presión arterial alta, las alteraciones del sistema inmune y con un mayor riesgo de muerte prematura. Pero hasta ahora no se había relacionado con el ictus y la cardiopatía isquémica. Los investigadores británicos han revisado 23 de esos estudios llevados a acabo con 181.000 adultos y han visto que entre ellos se registraron 3.002 accidentes cerebrovasculares o ictus y4.628 eventos asociados a la cardiopatía isquémica, como infartos de miocardio, anginas de pecho y episodios de muerte súbita. Los resultados también mostraron que al aislamiento social y la soledad se podía atribuir un aumento de un 29% en el riesgo de padecer un infarto o una angina de pecho, y hasta un 32 % en el caso del ictus. Para los autores, la magnitud del efecto de la soledad es comparable al de otros factores de riesgo psicosocial ya reconocidos, como la ansiedad o el estrés laboral.

En todo caso, los propios investigadores matizan su hallazgo y creen que no se pueden extraer unas conclusiones definitivas del tipo causa-efecto, pero sí confirman las preocupaciones en materia de salud pública sobre la importancia del contacto social para la salud y el bienestar de la población. Esta idea la respaldan Julianne Holt-Lunstad y Timothy Smith, de la Universidad Brigham Young en Provo (EE. UU.), en el mismo número de la revista: "igual que los cardiólogos y otros profesionales sanitarios han alertado sobre otros factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo o las dietas ricas en grasas saturadas, debe prestarse más atención a las conexiones sociales tanto en la investigación como en las políticas de salud pública".