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La aralia o Fatsia japonica tiene flores pequeñas y blancas.
Cabe destacar que la aralia es una planta resistente y fácil de mantener. Tolera la semisombra, aunque su crecimiento es más vigoroso en lugares con buena iluminación indirecta. Prefiere suelos bien drenados y un riego moderado, evitando encharcamientos. Un buen truco para regarla adecuadamente es procurar que la tierra de la maceta esté siempre húmeda. Eso sí, durante le época de calor la planta necesita un mayor aporte de agua.
La Fatsia japonica crece como un arbusto de hoja perenne y florece sobre el brote del año anterior o del año en curso. Por lo general, hay que podar ligeramente a mediados o finales de la primavera, eliminando los brotes antiestéticos, depende lo que necesite. Por último, a la aralia le vendrá muy bien una dosis de energía en forma de abono, durante los meses de primavera y verano.