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La primera anotación del estado del tiempo de Federico Norte cuando tenía 11 años y vivía en San Luis.
Foto: Nicolás Rios/ Diario UNO
En una agradable, entretenida y relajada entrevista a Diario UNO, Federico Norte hizo un recorrido casi completo de toda su vida, como el comienzo de su pasión por la atmósfera. "Mi abuela, que vivía en Mendoza, siempre se sentaba y miraba las estrellas, las nubes, y me hablaba de eso. No sé si viene por ahí o por qué, pero me empezó a llamar la atención y desde 1962 que tenía 11 años empece a escribir el tiempo. Hacía días que miraba y me dije: 'Esto lo voy a empezar a anotar'".
Esos cuadernos los conserva intactos y los tiene tan a mano como cualquier libro favorito, o incluso como la misma Biblia. "En las páginas yo aclaraba qué significaba cada cosa", dijo Norte mientras señalaba sus propias notas.
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Federico Norte conserva todos sus cuadernos desde chico, donde con mucha prolijidad escribía cómo había estado el tiempo.
Foto: Nicolás Rios/ Diario UNO
"Este día no me lo olvido más porque nevaron 60 centímetros", y leyó de su cuaderno: "2 de julio. Amaneció friísimo, sin viento, sin lluvia, pero nublado parejito. Eso era lo que decía la gente cuando estaba por nevar en San Luis. Se mantuvo frío toda la mañana. A las 14 aproximadamente empezó a escarchillar con agua. A los 5 minutos dejó de escarchillar y luego las las 16.30 bajó el termómetro a 0 grados y comenzó a...¡nevar! Copos grandotes, rápidamente el pasto se cubrió".
"En 1966 ya tenía 15 años, me habían regalado un barómetro y un pluviómetro y yo anotaba todo todos los días" y cuando venía a Mendoza los usaba en la casa de su abuelo. También juntaba recortes del diario donde estaba el pronóstico del tiempo y los pegaba en su cuaderno de registro diario.
La orientación profesional de Federico Norte
Federico Norte recordó que en aquel entonces era muy común que los jóvenes de cierto sector social siguieran determinadas carreras: "Tenías que ser médico, abogado, ingeniero, contador, militar o sacerdote. Si no encajabas en nada de eso no sabían qué iba a ser de tu futuro".
Como sus padres no veían que él se perfilara hacia esas carreras, a sus 17 años lo mandaron a una psicóloga que se dedicaba a orientación vocacional para adolescentes. "A mí me daba bronca porque me tenía que tomar el colectivo a las 4 de la tarde,con 38 grados de calor, mientras mis hermanos estaban con las amigas en la pileta. La mujer me mostraba diferentes cosas para que yo eligiera y era siempre lo mismo, nada de medicina, ni de estar en un estudio, era muy clavado", contó Federico Norte.
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Federico Norte decidió desde muy chico cuál sería su carrera de adulto: la meteorología.
Foto: Nicolás Rios/ Diario UNO
"Un día me enojé y fui con mucha cara de…me preguntó qué me pasaba y le dije que todos estaban en la pileta y yo tenía que ir ahí, si ya sabía lo que quería: 'Yo quiero ser meteorólogo'". Luego de ese episodio, la psicóloga le dijo que al día siguiente asistiera acompañado de sus padres, y así fue.
La especialista en orientación vocacional les dijo a sus padres: "'Este chico la tiene muy definida la orientación'. No me salía meteorología porque no estaba, pero me salía en todos los test Ciencias Naturales. Mis padres se fueron con la cara larga, volvimos a casa, y yo contento agarré el bolsito y me fui a la pileta".
Después de eso, sus padres viajaron a Buenos Aires, fueron al Servicio Meteorológico y de allí regresaron a Mendoza con todos los programas de la carrera y la información de cómo era. Así fue como Federico Norte a sus 17 años se fue a vivir a la capital del país para cumplir su sueño de ser meteorólogo.
Allí vivió 14 años, donde conoció a su esposa Azucena Reyes, quien es oriunda de Uruguay y es científica licenciada en Sociología. Se casaron, tuvieron sus dos primeros hijos Augusto y María Ana, y decidieron venir a vivir a Mendoza en busca de una vida con más tranquilidad.
El paso de Federico Norte por Radio Nihuil
En Mendoza hizo su tesis doctoral en viento Zonda, ya que era un fenómeno que hacía mucho daño y estaba poco estudiado. Se recibió 5 años más tarde, en 1988.
"Mi papá, qué vivía en Buenos Aires en esa época y trabajaba en ARPA, la Asociación de Radiodifusoras Privada Argentina, conocía a los directores de varias radios. Él me decía: 'Che vos podrías dar el estado del tiempo', y me jorobó tanto que dije bueno, vamos a probar", contó Federico Norte.
Así fue como a sus 37 años comenzó en una radio de Río Cuarto, en Córdoba, y el 8 de agosto de 1988 a las 8 de la noche salió por primera vez al aire de Radio Nihuil. Luego cambiaron el horario y salía en la mañana en el programa Hola País, conducido por Marcelo Sicilia, y años más tarde pasó a las 7.25 en Primeras Voces, con Andrés Gabrielli. Dio el pronóstico del tiempo durante 36 años, en los cuales alertó de infinidad de eventos de viento Zonda, además de olas de calor, tormentas y otros fenómenos que afectaron en Mendoza.
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Federico Norte contó que una de sus mayores satisfacciones fue pronosticar vientos Zonda severos y haber ayudado a salvar vidas.
Foto: Nicolás Rios/ Diario UNO
"Recuerdo el año pasado, finalmente con esos vientos Zonda tan severos que hubo y seguidos, me dio satisfacción poder haberlos anunciado y que me hayan hecho caso", expresó Norte como una de las satisfacciones que vivió gracias a Radio Nihuil.
También recordó la viralización de un audio personal a un allegado, en el cual hablaba de cuestiones íntimas y luego alertaba que el viento Zonda que había pronosticado sería muy severo y peligroso: "Lo hizo viral sin intención. Esa persona me dijo que durante días no había podido dormir, pero hasta su hijo le dijo que gracias a eso se salvaron vidas. Y fue así, en ese episodio de Zonda no hubo ningún muerto, y eso fue una gran satisfacción".
Entre risas recordó que ese audio le llegó hasta a su hija más chica que vive en El Bolsón, en Río Negro y a sus hermanos y sobrinos que viven en Córdoba. "Primero me sentí bastante confundido, pero después dije no importa, ya está", aclaró Federico Norte.
Como parte de su historia, manifestó: "Cuando recibí mi título de licenciado en Meteorología y después de mi tesis doctoral, en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires juré por Dios, por la patria y los Santos Evangelios por mi creencia. Y esto tiene un sentido, yo juré por la patria, es decir juro por todos los demás, yo me debo a los demás".
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Federico Norte aseguró que juró por Dios, por la patria y los Santos Evangelios, por lo que siempre sintió que se debía a los demás.
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"Yo estudié gracias a Dios en la universidad pública, y toda mi carrera, todo lo que yo sé no es porque soy un mago o bajé de un planeta. Yo estudié en una institución pública, y trabajé en el Conicet que tiene prestigio internacional y reconocido a nivel mundial", agregó Federico Norte.
Y expresó: "Mi desafío y lo que siempre me mantuvo a pesar de críticas y de aplausos recibidos de todos lados, con lo poco o mucho que yo sé, se lo devuelvo a los demás, y Radio Nihuil fue quizás una de las herramientas más fuertes para mí para poder hacer eso".
Su doctorado en viento Zonda
"Para entrar a la carrera de investigador científico te exigen el título más alto que es el doctorado. A mí me fascinaban todos los fenómenos que hay en Mendoza. Me elegí para que me dirigiera a un profesor de origen alemán muy exigente, era uno de los mejores meteorólogos que había en Buenos Aires", detalló Norte.
"Una vez vino a Mendoza, hablamos, me miró fijo y me dijo: '¿Usted quiere hacer una tesis o una enciclopedia?'". Allí fue cuando se decidió optar por el fenómeno que más le llamaba la atención y no estaba muy estudiado hasta aquel momento: el viento Zonda.
"Logré el pronóstico probabilístico del viento Zonda, que no es determinístico. Cuando se hace ese análisis se toma un montón de situaciones antiguas y se identifican casos en donde es posible la situación, lo que determina que si hay 60% de probabilidad quiere decir que de 100 veces en una situación como esta, 40 veces no ocurrió y a veces se puede caer en porcentaje", explicó.
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Federico Norte hizo su tesis doctoral en viento Zonda, y creó las categorías del fenómeno que afecta a los mendocinos.
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Además, hizo la clasificación de viento Zonda, a las que llamó Z1, Z2, Z3 y Z4 por la intensidad de las ráfagas de moderadas a muy severas y peligrosas con riesgo para la población. En un congreso, una profesora le llamó la atención y le dijo que debería ponerle su nombre ya que él las había creado, tal como lo había hecho Fujita, un investigador estadounidense que clasificó los tornados. Federico Norte aceptó la observación y partir de ese momento le puso FNZ para las categorías de viento Zonda.
Con ese título de doctorado ingresó al Conicet donde se desarrolló como científico del Ianigla de donde se retiró en el 2016. Además, fue formador de varios meteorólogos de la provincia.
Lo que nunca pensó fue que las categorías del Zonda podían haber sido usadas para algo más. Contó que un día daba una clase en una maestría de ingeniería ambiental donde una alumna le preguntó si esa noche iría al recital de la banda Z4. Federico Norte aseguró que no tenía ni idea de qué se trataba, pero decidió ir hasta un bar cercano a la plaza de Godoy Cruz.
Cuando la banda hizo un intervalo, él se acercó a ellos para preguntarles por qué se llamaban Z4 y fue el momento en que lo reconocieron: "¡Es él", exclamaron: "Es por la categoría del Zonda severo que puso usted", y lo hicieron pasar al escenario para tocar una de sus canciones en reconocimiento a él. "Me regalaron un CD que lo tengo".
El tiempo libre del especialista en viento Zonda
"Hice teatro durante 4 años hasta el año pasado. Durante la pandemia lo hacíamos por Zoom, ahí hacíamos stand up y cualquier pavada. Hicimos 3 o 4 obras en el Cajamarca y en aulas de Tiempo Libre en la Universidad Nacional de Cuyo. Lo otro que hice, pero también dejé, era biodanza. También iba mucho a nadar cuando vivíamos en la Quita Sección, en Capital", detalló Federico Norte.
Contó que después de la pandemia, y habiendo pasado tanto tiempo encerrados, sus hijos les dijeron que se fueran a vivir a un lugar más tranquilo y eligieron Maipú. Allí es habitual la visita de todos sus nietos.
Federico Norte y su esposa uruguaya Azucena Reyes tienen cuatro hijos: Augusto, de 46 años, quien es Ingeniero; María Ana, de 43 años, licenciada en Psicología; Camila, de 41 años, que es traductora de Inglés y la más chica María Antonieta, de 38 años, quien vive en El Bolsón, en Río Negro, y es licenciada en Obstetricia.
Además, tienen seis nietos de entre 2 y 15 años, de los cuales sólo una es mujer, llamada Lupe. "Eso es lo quiero disfrutar, no quiero tener que dejar de jugar con alguno de ellos para tener que ponerme a ver cómo va a estar para mandar el audio o salir al aire. Ya lo hice mucho tiempo, ahora quiero disfrutar".
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Federico Norte junto a su esposa Azucena Reyes, quien fue vicedecana de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo.
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"Lo quería hacer hace tiempo y no me decidía. Pero mi familia me lo decía hace rato, hace como 4 años. Es algo que no es fácil desprenderse, y vamos a ver qué pasa. Sé que los primeros días voy a sentir que me falta algo". De todas formas Federico Norte aseguró: "Me encanta ver el tiempo, siempre chequeo y anoto. Empecé a los 11 años, eso queda marcado. Pero estoy tratando de hacer un cambio importante en mi vida".
Norte señaló: "Tengo planificado en primer lugar dedicarle más a mi familia y salir, disfrutar mucho más de mis nietos. El más chiquito que va a cumplir 2 años vive en El Bolsón, es el que más extraño. Quiero ir e instalarme allá y no estar pendiente de qué va a pasar en Mendoza".
También dijo que quiere "disfrutar más de mi segunda patria que es la República Oriental del Uruguay, poder ir con mi esposa y disfrutar de nuestros amigos uruguayos sin ningún problema".
Federico Norte de Uruguay adoptó su tradicional frase de cierre de todos sus informes del pronóstico del tiempo, cuando al despedirse decía: "Que pasen bien".
Su fuerte vínculo con la virgen de Guadalupe
Norte sostuvo que gracias a su profesión pudo viajar una vez a México. Allí se encontró con una pareja de periodistas de Televisa de quienes se había hecho amigo y quienes lo invitaron a su casa. No eran creyentes, pero le preguntaron si había ido a visitar a la virgen de Guadalupe.
Él, que es muy católico y creyente, no conocía a la virgen que le mencionaron. Sus amigos le dijeron que antes de irse de México lo llevarían a la visita. Una vez en el lugar y frente a la imagen de la inmaculada, sus amigos le dijeron: "Pídele lo que quieras y se te cumple".
"Como nuestro país es como la curva del tiempo, esto era a fines del gobierno de Alfonsín y con la hiperinflación yo pensé que nunca más iba a poder volver. Le pedí volver a México, un poco como desafío", contó Norte y agregó: "Volví 7 veces".
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Federico Norte aseguró que quiere dar testimonio de sus vivencias con la virgen de Guadalupe, de la que es muy creyente.
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La segunda vez lo invitaron a un congreso de arquitectura en Guadalajara: "Era muy aburrido para mí, así que di mi charla sobre los vientos y me fui a recorrer la ciudad que es muy bonita. Fui hasta una réplica de la virgen de Guadalupe y en la entrada a la iglesia había una india que vendía estampitas. Yo enojado conmigo mismo le pregunté si era cierto que era tan milagrosa esa virgen, y me respondió: 'Si tu no lo sabes'. Ahí me dí cuenta que le había pedido volver y estaba en México de nuevo.
"La tercera vez fui con mi esposa por algo de su carrera. Cuando llegamos a la virgen de Guadalupe yo lloraba porque no podía creer que las cosas se seguían cumpliendo", relató Federico Norte.
Otra vez fue con una de sus hijas, a quien llevó hasta el santuario donde está la virgen y le mostró que otro de sus pedidos se había cumplido: ir junto a su familia.
"La última vez que fui me sentía egoísta de tener el privilegio de ir, entonces pedí que todos los mendocinos pudieran ir, pero era un disparate. A los 6 meses estaba trabajando en el Conicet y una chica que trabajaba ahí y sabía de mi creencia a Guadalupe me contó que iba a haber una procesión por el parque hasta la iglesia de El Challao, donde la iban a dejar", y así fue como desde los portones del Parque caminó con una bandera argentina y otra mexicana.
Para sorpresa de él, la procesión se desvió hacia el parque Aborigen, donde la Cónsul de México dio unas palabras y dijo que dejarían la réplica de la virgen de Guadalupe allí. Y de esa forma Federico Norte entendió que el "disparate" que él había pedido se había cumplido pero al revés, y de esa manera todos los mendocinos pueden visitar a la virgen pero en Mendoza.