Entre esas enseñanzas de la filosofía se encuentra una frase en latín que se convirtió en un verdadero recordatorio de integridad: Esse quam videri. Te contamos de qué se trata.
La frase “Esse quam videri” proviene del latín clásico y significa literalmente “Ser, más que parecer”. Esta enseñanza se popularizó en el pensamiento filosófico como un llamado a priorizar la esencia sobre la apariencia, invitando a actuar con autenticidad y coherencia en todos los aspectos de la vida.
Si bien no pertenece a un filósofo específico como Séneca o Marco Aurelio, su mensaje conecta con valores del estoicismo y la filosofía moral: la importancia de ser genuino, de mantener la integridad y de actuar conforme a los propios principios, aunque la presión externa sugiera otra cosa. La frase “Esse quam videri” tiene raíces en la literatura y filosofía romanas y aparece en obras de autores clásicos como la de Cicerón (Marcus Tullius Cicero, 106-43 a.C.)
La fuerza de esta frase radica en su sencillez. Esse quam videri no es un llamado a la superficialidad ni a preocuparse únicamente por la imagen que otros perciben, sino una exhortación a cultivar la autenticidad como guía de vida. Para los antiguos, la apariencia sin sustancia carecía de valor, en cambio, la coherencia interna representaba la verdadera fortaleza del carácter.
Hoy, en un mundo donde la presión social y la exposición constante en redes pueden fomentar la superficialidad, la frase Esse quam videri conserva una fuerza inspiradora. Recordar que es más importante ser auténtico que parecerlo nos ayuda a mantener la coherencia y la serenidad frente a expectativas externas.
La frase invita a la reflexión y al autoconocimiento, recordándonos que la verdadera reputación se construye siendo genuinos y que la integridad no depende de la aprobación ajena. Más que un lema pasivo, es un recordatorio activo de que vivir con autenticidad es un acto de valentía y libertad personal.