La filosofía griega antigua ofrece una vasta riqueza de ideas, y entre ellas destaca Heráclito de Éfeso, conocido como "el filósofo del cambio". La frase "todo fluye, nada permanece" es una síntesis del pensamiento de Heráclito de Éfeso, quien defendía que el cambio es la esencia de la realidad.
Heráclito lo ilustra con la metáfora del río: al entrar en un río, este nunca es el mismo porque el agua sigue fluyendo. Lo que muchas veces se malinterpreta es que no solo el río cambia, sino también quien lo cruza. Esto implica que el cambio es una interacción constante entre el entorno y nosotros mismos, y que ninguna experiencia puede repetirse exactamente igual.
La frase suele ser malinterpretada como una simple observación sobre la transitoriedad del mundo físico. Sin embargo, para Heráclito, el cambio no es algo superficial; es el principio fundamental que define el universo. Su idea va más allá de la mutabilidad de las cosas materiales y toca el flujo continuo de la existencia, donde cada instante es único e irrepetible.
¿Cuál era la filosofía de Heráclito de Éfeso?
Según World History la filosofía de Heráclito de Éfeso se centra en la idea de que el fuego es el principio primordial (arjé), un símbolo del cambio continuo que caracteriza la realidad. Este flujo constante está regido por el logos, una ley universal que da orden y sentido a los procesos naturales.
Aunque pocos logran comprenderlo, el logos está presente en todo y puede ser captado a través de la razón. Heráclito también destacó la "unidad de los opuestos", argumentando que la tensión entre contrarios, como la vida y la muerte o la salud y la enfermedad, es lo que genera armonía y equilibrio en el cosmos.
Heráclito se alejaba de la idea de un mundo estático y eterno, defendiendo en cambio una metafísica del proceso, donde el devenir es la esencia de la realidad. Este pensamiento influyó profundamente en la filosofía occidental, desde Platón y Aristóteles hasta pensadores modernos como Hegel y Nietzsche. Su estilo enigmático y aforístico buscaba desafiar a sus lectores, obligándolos a reflexionar profundamente sobre la naturaleza del cambio y la coexistencia de opuestos. En suma, su filosofía nos invita a aceptar el dinamismo de la vida y a buscar el orden subyacente en el aparente caos.