El rebozado tradicional aporta crocancia, pero también aumenta el contenido calórico y de carbohidratos. Además, muchas personas buscan opciones sin gluten o con ingredientes más nutritivos. Por eso, probar fórmulas diferentes no significa renunciar al sabor, al contrario, puede darle a la milanesa un toque original y una textura más ligera o más crujiente, según el método elegido.
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El origen de la milanesa como bien lo indica su nombre, proviene de Milán, Italia. Y se inspiró en las cotoletta alla milanese hace tres siglos.
La fórmula perfecta para un rebozado de milanesas diferente
Una alternativa es usar copos de maíz triturados o avena procesada en lugar de pan rallado, y saltear la harina directamente de la preparación. Este método logra una cobertura dorada y súper crocante, con menos absorción de aceite.
Otras opciones para rebozar sin pan ni harina son las semillas de sésamo y lino, ya que aportan un sabor tostado y ácidos grasos saludables. La quinoa inflada también le da un rebozado crujiente y con un toque gourmet. Por último, la harina de garbanzo, ideal para celíacos, tiene un alto contenido proteico.
Aunque en sentido de crocancia, absorción y salud, la avena es la opción ideal. Para hacerlo deberás:
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La avena es una fuente rica en proteínas y una opción económica para reemplazar el pan rallado de tus milanesas
- Condimentar la carne o el pollo que usarás en la milanesa con sal, pimienta y especias al gusto.
- Pasar cada pieza por huevo batido con un chorrito de leche o agua.
- Cubrir con copos de maíz triturados o avena molida, presionando bien para que se adhiera.
- Cocinar en sartén con poco aceite o en horno para una versión más liviana.
Por qué esta fórmula hará que tus milanesas sean saludables
- Mayor crocancia sin exceso de grasa.
- Aportan fibra, vitaminas y minerales.
- Aptas para personas con dieta sin gluten (dependiendo del ingrediente elegido).
- Permiten variar sabores y texturas en cada preparación.