En la actualidad, ser estoico es sinónimo de ser “calmo” y “tener la cabeza fría”, es decir, ejercer una actitud de autocontrol y resistencia a las pasiones humanas. Cuando se dice que alguien se tomó una mala noticia “con estoicismo”, se quiere decir que reaccionó con entereza, sin entregarse al dolor.
Se dice que esta filosofía tuvo tres fases: estoicismo antiguo, medio y nuevo. Tras sus inicios en Atenas se extendió hacia otras poblaciones mediterráneas, especialmente en la República romana. Allí se originó el estoicismo romano, cuyos representantes son Panecio, Posidonio, Séneca, Epícteto y Marco Aurelio. Estos autores fueron incluso más conocidos que los estoicos griegos.
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¿Cómo aplicar algunos consejos de la filosofía estoica a tu vida?
Se consideran algunos de los mejores libros sobre esta corriente filosófica: Meditaciones de Marco Aurelio, Cartas de un estoico de Séneca, Discursos de Epicteto, El estoico cotidiano de Ryan Holiday y Stephen Hanselman o El obstáculo es el camino de Ryan Holiday.
Según el portal El Estoico los principios básicos de esta compleja filosofía son:
- Diferenciar lo que puedes controlar de lo que no.
- Actuar lo mejor que sepas en lo que puedes controlar.
- Aceptar como puedas lo que no puedes cambiar.
Lo que puedes controlar se basa en:
- Lo que deseas: muy parecido al budismo. Si deseas cosas y no pasan, sufrirás. Si deseas que no pasen cosas y sí pasan, también sufrirás. Céntrate en desear sólo aquello que depende de ti.
- Lo que haces: tus acciones dependen de ti. Están influidas por lo externo, pero en última instancia tú decides lo que haces.
- Lo que te dices: ser consciente de él para dominarlo es fundamental para una vida feliz y serena.