Los arrecifes de coral del Caribe enfrentan una amenaza mortal. Una enfermedad conocida como pérdida de tejido coralino pétreo devora el tejido blando de más de 30 especies diferentes, dejando tras de sí esqueletos blancos. La condición puede eliminar colonias completas en semanas, transformando ecosistemas vibrantes en cementerios submarinos.

Esta enfermedad apareció por primera vez en Florida en 2014 y desde entonces expandió su alcance por todo el Caribe. Los científicos luchan contra el tiempo para encontrar soluciones efectivas, ya que los antibióticos tradicionales requieren aplicaciones frecuentes y existe el temor de que la condición desarrolle resistencia.

Los probióticos contra la enfermedad mortal

Investigadores del Smithsonian Marine Station desarrollaron un enfoque innovador: utilizar probióticos para combatir la enfermedad. El estudio, publicado en Frontiers in Marine Science, se centró en el probiótico McH1-7, previamente identificado en el coral estrella gigante.

Los científicos trabajaron con 40 colonias de coral estrella gigante infectadas en un arrecife cerca de Fort Lauderdale. El experimento incluyó dos métodos: aplicar una pasta probiótica directamente sobre las lesiones, y cubrir las colonias con bolsas plásticas llenas de soluciones de agua de mar con McH1-7.

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El método de las bolsas plásticas demostró ser el más efectivo. Las colonias tratadas perdieron apenas un 7 por ciento de su tejido después de más de dos años, mientras que las colonias de control perdieron un 35 por ciento. "Esto creó un mini-acuario que mantuvo los probióticos alrededor de cada colonia de coral", explicó Valerie Paul, científica principal del estudio.

Curiosamente, la pasta probiótica aplicada directamente empeoró la situación, posiblemente por las altas concentraciones que contribuyeron a condiciones de bajo oxígeno que dañaron aún más los corales ya estresados.

Desafíos para la implementación masiva

Amanda Alker, microbióloga marina de la Universidad de Rhode Island, considera que este enfoque parece prometedor pero requiere validación adicional. La técnica ofrece una solución más segura que los tratamientos antibióticos y puede implementarse ampliamente sin equipo altamente especializado.

Sin embargo, los probióticos no son una solución mágica. Los científicos aún desconocen qué causa exactamente la enfermedad, lo que dificulta determinar cómo funciona el probiótico. Además, el océano Caribe abarca una extensión enorme, y sería desafiante usar la técnica de bolsas en todas las colonias afectadas.

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Este nuevo tratamiento podría ponerle fin a esta enfermedad tan perjudicial.

Este nuevo tratamiento podría ponerle fin a esta enfermedad tan perjudicial.

Paul reconoce que necesitan desarrollar mejores métodos para implementar el probiótico. "Tener buzos nadando bajo el agua con bolsas con peso no es un método muy escalable", admite. Los experimentos en los Cayos de Florida produjeron resultados mixtos, debido a diferencias regionales en la enfermedad.

Amy Apprill, química marina del Woods Hole Oceanographic Institution, destaca que estos investigadores lograron un avance importante. El aumento de las temperaturas del océano hace que los científicos esperen encontrar aún más colonias enfermas. En este contexto, los probióticos serán "aliados importantes" en la lucha por salvar los arrecifes de coral.

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