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Sin embargo, los expertos enfatizan que el té verde no es una solución mágica por sí sola. Para obtener los máximos beneficios, es esencial complementar esta bebida con una dieta saludable y equilibrada. Una alimentación rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y pescado azul proporciona los nutrientes necesarios para un cerebro sano y un rendimiento óptimo de la memoria.
Además del té verde y una dieta balanceada, existen otros alimentos que pueden potenciar la memoria y proteger contra su deterioro. Los arándanos, por ejemplo, son conocidos por su alto contenido de antioxidantes, mientras que el chocolate negro con más del 70% de cacao estimula la circulación sanguínea en el cerebro. Claro que no se trata de soluciones mágicas, pero si pequeños elementos que ayudan y que seguramente en un futuro, durante tu vejez, agradecerás haber consumido a lo largo de tu vida.