Un mendocino de 20 años, que se encontraba con sus amigos en un after de Reñaca, fue golpeado brutalmente por unos patovicas chilenos que le provocaron múltiples fracturas en la zona maxilar, además de cortes en los labios y en el resto del rostro.

El hecho ocurrió el viernes pasado en horas de la mañana, cuando Lucas Placeres se encontraba en un bar de esa ciudad chilena, junto a amigos disfrutando de sus días de vacaciones del otro lado de la Cordillera.

En un momento, uno de los amigos de Lucas le tira cerveza en la cabeza y  éste la sacude para sacarse el líquido del pelo. En esa acción, salpica a una persona que estaba detrás, y que aparentemente era un patovica de ese lugar pero que no estaba trabajando. El joven mendocino se disculpó por el suceso y le aclaró que lo mojó con el pelo, porque el chileno pensaba que le había tirado cerveza con la botella.

Sin embargo, dos personas que estaban con este chileno entraron en acción. Uno lo agarró por la espalda haciéndole palanca en la zona del cuello al chico mendocino y el otro comenzó a pegarle trompadas. "Mi hijo pedía por favor que lo soltaran. No tenía manera de reaccionar ante tanta violencia junta. Cuando lo sueltan, cae arrodillado al piso y ahí le siguen pegando. Luego cayó al piso y le siguieron pegando patadas", narró consternada su mamá Grisel Pereyra.

En ese momento apareció uno de sus compañeros del club Los Tordos, donde Lucas juega al rugby, que se metió en la pelea para que dejaran de golpear al mendocino. Ahí otros amigos lo acompañaron al baño, y cuando vieron el estado en el que había quedado, con la cara totalmente deformada, decidieron llevarlo a un hospital donde recibió los primeros auxilios.

"Cuando llegaron a la clínica le sacaron sangre, y con el resultado negativo por la presencia de alcohol pudieron anestesiar para comenzar a coserle algunas heridas que tenía, como por ejemplo en ambos labios" "Cuando llegaron a la clínica le sacaron sangre, y con el resultado negativo por la presencia de alcohol pudieron anestesiar para comenzar a coserle algunas heridas que tenía, como por ejemplo en ambos labios"

Grisel, mamá de Lucas (20)

"Gracias a Dios teníamos unos amigos allá que valen oro y en 10 minutos ya estaba en la clínica y ayudó para que le realizaran todos los estudios de manera urgente. Esto fue clave para que mi hijo quedara fuera de peligro", añadió. "Estar del otro lado y contar con sus amigos y los nuestros hicieron que mi hijo estuviese contenido", contó.

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Lucas presenta múltiples fracturas en los maxilares superiores, entre otras lesiones de consideración, y entre miércoles y jueves tiene programada la primera cirugía. "Su cara está desfigurada", sostuvo la mamá.

A pesar del mal momento que está atravesando, Grisel llamó a la reflexión a los papás que tienen de vacaciones a sus hijos en Chile y también a los jóvenes.

"Esto no se lo deseo a ningún padre. Quisiera advertirles a todos los chicos que están allá, que anden con cuidado, que anden juntos y que los padres tengan conciencia de los chicos menores de edad que están dando vueltas y corren el mismo peligro que corrió mi hijo, que sin hacer nada y de arriba, lo reventaron a trompadas y no lo dejaron por poquito muerto", sostuvo.

"Estoy desesperada, me gustaría tomar esto como prevención, porque no hay defensa ante toda esta ira y estas fieras que te revientan la vida, no hay derecho de tomar medidas sangrientas así con un humano porque a mi hijo le cagaron la vida hasta quizás mediados de año. No quiero que le pase a ninguna persona más" "Estoy desesperada, me gustaría tomar esto como prevención, porque no hay defensa ante toda esta ira y estas fieras que te revientan la vida, no hay derecho de tomar medidas sangrientas así con un humano porque a mi hijo le cagaron la vida hasta quizás mediados de año. No quiero que le pase a ninguna persona más"

Grisel

Si bien todavía la familia Placeres no ha presentado ninguna denuncia judicial porque "estamos abocados a la salud de mi hijo", están juntando información para realizar una presentación: "Esta vez no voy a dejar que quede en la nada", dijo.

"El dueño del lugar donde estaban es mendocino, eso es lo único que tengo entendido. Los agresores eran tres chilenos, a uno lo golpearon un poco pero los otros dos los dejaron escapar por la puerta de atrás, o sea que eran conocidos del lugar. Esto es la poca información que he podido recoger", dijo la mujer.

"Mi hijo siempre ha sido un chico tranquilo, tiene amigos en todos los clubes porque siempre fue tranquilo. Gracias a Dios y gracias a ellos tuvo sus primeros auxilios. Siempre fue tranquilo y no lo digo yo, lo dice su historia de vida, le pueden preguntar a quien quiera. Le reventaron el año por un loco enfermo que estaba pasado de alcohol y de drogas, porque no me puedo creer que seres humanos en estado normal accionen tan criminalmente y tan cobardemente", finalizó Pereyra.

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