“El cambio climático se está acelerando. En los últimos años se registraron temperaturas récord en buena parte del planeta. Esto impacta directamente en el desarrollo de olas de calor cada vez más frecuentes, tanto en tierra como sobre los océanos, reducciones en la extensión del hielo marino y en el balance de masa de los glaciares, incendios forestales, entre otros fenómenos", afirmó el investigador Juan Rivera, investigador del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla).
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Juan Rivera, investigador del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA).
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"También se ha documentado un incremento en la frecuencia de eventos climáticos anormales como lluvias extremas, sequías y ciclones tropicales”, agrega el científico en el documento publicado por el organismo.
Rivera afirmó que este valor de anomalía de temperatura corresponde a uno de los umbrales establecido en el Acuerdo de París, lo cual da cuenta de la necesidad de acelerar e intensificar las acciones necesarias para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según el investigador, este fenómeno de calentamiento responde directamente a las actividades humanas, que generan un incremento en las emisiones de gases de efecto invernadero. Las concentraciones de dióxido de carbono y metano marcaron niveles récord en 2023.
Si bien la mayor atención está puesta en lo que sucede en el hemisferio norte se trata de un fenómeno global: “La mayor contribución a la señal de calentamiento sobre tierra se observó en las regiones del hemisferio norte, ubicadas entre los paralelos 20°N y 60°N, pero el hemisferio sur también registró temperaturas récord. Por ejemplo, Sudamérica registró el año más cálido desde 1850. Argentina experimentó el año más cálido de las últimas seis décadas, y 12 de los últimos 13 años tuvieron anomalías positivas de temperatura”, afirma el científico.
De continuar esta tendencia, y en el caso de superar el umbral de 2°C de calentamiento respecto al período preindustrial, la adaptación a las nuevas condiciones climáticas para numerosas especies vegetales y animales no será posible. De acuerdo al científico, se proyectan pérdidas del 18% de los insectos del mundo, 5% de aves y 8% de los vertebrados, y más del 99% de los corales sufrirían daños. Por su parte, los seres humanos estarán cada vez más expuestos a la ocurrencia de olas calor y podrían registrarse migraciones masivas como consecuencia del incremento en el nivel del mar.
“Para revertir esta tendencia cada habitante puede contribuir con su aporte. Para ello, es necesario reducir de forma urgente y sostenida las emisiones de gases de efecto invernadero, junto con un cambio hacia fuentes de energía renovables. Es el único camino posible para enfrentar uno de los mayores retos de la humanidad”, concluyó el científico.
Fuente: Conicet Mendoza