Entre los objetivos a corto plazo, cuenta Lola que también se encuentra la edificación de una nueva torre en Godoy Cruz, un desarrollo en Carrodilla, Luján, y otro en el Carril Gómez, en el Nuevo Maipú.
A pesar de las crisis y la pandemia de los últimos meses, Natania pudo pisar fuerte en Mendoza en estos 14 años y el crecimiento ha sido sostenido. El secreto, para Francisco, está en darle una alternativa a la clase media trabajadora, esa a la que le cuesta acceder a la vivienda propia porque "para el IPV son ricos y para los bancos son pobres". "Apuntamos a esa gente que tiene trabajo estable y le damos una financiación del 100% de la unidad para que tengan su vivienda. Así, en un promedio de 4 o 5 años pueden llegar a tener su casa o lote".
Cuando Lola habla de personas con trabajo estable habla de aquellos profesionales, independientes, empleados públicos o de comercio que trabajan día a día y que buscan, en vez de dejar el dinero en un alquiler, invertirlo en una vivienda digna.
Se identifica con ellos Francisco, que acompañó a la firma cordobesa desde que ésta se instaló en Mendoza. En aquel entonces, dejó un emprendimiento familiar que compartía con sus hermanos para lanzarse a un proyecto, para él en ese entonces, desconocido.
Tenía experiencia en el rubro, siempre estuvo vinculado al comercio asociado a la construcción y había trabajado en proyectos habitacionales menores; pero lo que lo esperaba era mucho mayor de lo que imaginó. "Me sumé para ver qué se podía hacer y por suerte salió bien", dice mientras repasa los ya 11 emprendimientos logrados en 14 años.
Así, el hombre de 61 años, amante del rugby, padre de 4 hijas y de familia "muy mendocina", se transformó con el tiempo en la cara local de un grupo nacional que ya tiene 40 años de trayectoria.