Además, los datos sugieren que son las mujeres las que tienen mayor favoritismo por encima de los hombres, aunque este suele no ser percibido ni afectar a los del sexo masculino.
Los hermanos mayores suelen contar con una mayor autonomía, ya que los padres tienden a depositar más confianza en ellos por considerarlos más maduros. Siempre según el estudio, son estos los que disfrutan de más libertad y enfrentan menos supervisión.
Aquellos hijos responsables y organizados siempre recibirán un mejor trato, al igual que aquellos que son considerados amables.
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Estudio científico confirma que los padres tienen un hijo favorito: cuál es y por qué
Sin embargo, no todos los rasgos de personalidad generan ventajas. A pesar de la alta valoración de la extroversión, esta característica no influyó significativamente en el favoritismo de los padres para con sus hijos, aunque sí evidenció que algunos factores como el género y el temperamento influyen en la crianza.
Secuelas del favoritismo parental
Dejando de lado la principal conclusión del estudio, hay que decir que no es para nada beneficioso el hecho de que los padres inclinen la balanza hacia alguno de sus hijos en cualquier sentido, ya que podría tener serias consecuencias en lo que a la salud mental y el vínculo respecta. Algunas secuelas son las siguientes:
- Baja autoestima: los hijos que sienten que no son tan queridos como su hermano favorito pueden desarrollar una autoimagen negativa, lo que puede llevar a problemas de confianza y autovaloración.
- Resentimiento y celos: la percepción de favoritismo puede generar sentimientos de resentimiento hacia el hermano favorecido y hacia los padres, afectando la relación entre ellos.
- Problemas de relación: el favoritismo puede afectar la dinámica familiar, creando rivalidades o distanciamiento entre los hermanos.
- Dificultades emocionales: los hermanos no favorecidos pueden experimentar comportamientos desafiantes como resultado del favoritismo percibido.