Respecto a la pregunta sobre cómo se siente estar en la primera línea de batalla contra el Covd-19, el director del hospital El Carmen dijo: "Seguramente habrá tantas respuestas como personas del sector a las que les pregunte. Se mezclan un montón de sensaciones. Cuando uno encuentra en su trabajo que ha convalidado su vocación, es un momento verdaderamente grato. En ese momento descubre que la recompensa, es la máxima sensación de logro y de plenitud. Sería tremendo no convalidar esa raíz vocacional", indicó.
Mezcla de orgullo y temores
Contrastando los sentimientos reales que vive la salud, agregó: "Por cierto, que estamos también atravesados por la angustia y por el miedo. No es fácil enfrentarse a una enfermedad que puede provocar un daño e incluso conducir a la muerte, y de hecho ya ha sucedido con compañeros de trabajo. Es una situación verdaderamente estresante, así es que en todos los casos se mezclan un montón de emociones", confesó.
Retornando a la satisfacción interna de un profesional que cumple con la misión asignada, expuso Boiero: "Por otra parte, la sensación de logro es plena cuando uno descubre a un paciente recuperado. Nosotros nos hemos cruzado con algunos de los recuperados que se acercan, por ejemplo, ahora en la instancia de donación de plasma, es una sensación muy difícil de describir. Esta persona se nos presenta y nos intenta agradecer. En esa plenitud, que tiene el enfermero, el médico, el kinesiólogo, y en general todo el equipo de salud que se siente parte de esta instancia tan difícil que pasó esa persona, uno siente una sensación de logro máximo", dijo.
La valoración del equipo
En una batalla tan ardua , y sobre todo tan prolongada, el médico hizo una valoración del factor equipo: “Nosotros hemos descubierto en pandemia que, como decía Martín Fierro, hasta el pelo más delgado hace su sombra en el suelo. Las tareas más humildes son de máxima importancia en pandemia, y a veces las tareas de diagnóstico más eximias, también son trascendentes", puntualizó Boiero, para agregar: "De modo que todo el equipo de salud, y lo digo desde la humilde tarea de recepción, de limpieza, hasta la dirección que me llena de honor de orgullo, constituyen un equipo junto con el paciente y su familia en la lucha por recuperar al paciente".
Reconocimiento de la sociedad
Respecto al reconocimiento que le debe la sociedad toda al trabajo de los agentes de la salud, tanto pública como privada, Boiero dijo que "hay muchas cosas que todavía nos faltan transitar. Me parece que el verdadero valor de las especialidades todavía no está definido. Me parece que el reconocimiento social, quizás postpandemia venga. El reconocimiento social traducido en la verdadera formación, verdadero reconocimiento a las especialidades críticas. Estas especialidades se han debilitado por falta de reconocimiento social, y este se traduce en remuneración; en posibilidades de desarrollo, de calificación profesional. En todas estas cuestiones, yo espero que la pandemia nos proyecte, y todo el equipo de salud ocupe un lugar más acorde con lo que la sociedad hoy nos exige", detalló extensamente.
En el universo que nos rodea hay gente que reconoce nuestro trabajo y hay otro que lo desmerece y lo desprecia, quiero creer que esta es la minoría; prefiero creer que la mayoría reconoce el verdadero valor del trabajo. En el universo que nos rodea hay gente que reconoce nuestro trabajo y hay otro que lo desmerece y lo desprecia, quiero creer que esta es la minoría; prefiero creer que la mayoría reconoce el verdadero valor del trabajo.
Para concluir, el profesional, padre a su vez de dos vástagos que siguieron sus pasos, en odontología, su hija, y como médico, su hijo, fue crítico sobre los valores de la sociedad argentina y mendocina actual. "Vivimos una época totalmente extraña desde el punto de vista social. Es una época de extremo individualismo, donde el valor colectivo y el respeto por las instituciones que representan lo colectivo ha caído a un límite extremadamente bajo. Esto hace que, inconscientemente, o de un modo bastante paradojal, alguien llegue a una guardia pretendiendo agredir a la persona que necesita (médico), o agredir al maestro que después pretende que lo eduque. Me parece que nos debemos un debate con esto", finalizó Oscar Boiero.