Cuando bajamos de peso es normal que algunas cosas ya no nos queden como antes, y esto no solo ocurre con la ropa, sino que también ocurre con algunas joyas como los anillos.
Cuando bajamos de peso es normal que algunas cosas ya no nos queden como antes, y esto no solo ocurre con la ropa, sino que también ocurre con algunas joyas como los anillos.
En caso de que te haya ocurrido esto, o que te hayan regalado un anillo que te queda grande, a continuación te enseñaremos un truco low cost para que puedas usar estos anillos sin tener que llevarlos a un joyero para que los achique.
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El truco está en usar los espirales para encuadernar. Tienes que usar el más pequeño que encuentres. La idea es cortar un trozo de este espiral, con 1 centímetro y medio está bien, y enrollarlo en la parte de abajo del anillo.
Este espiral no se verá, ya que quedará en parte de abajo de la mano, en la palma. Al ser un objeto de plástico, el mismo no dañará tu piel, y podrás colocarlo y sacarlo del anillo todas las veces que quieras.
Incluso este tipo de espirales vienen de muchos colores, pero se aconseja usar el que es transparente.
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Un truco que aplicaban las abuelas es enrollar la base del anillo con un hilo. La idea era enrollar el hilo hasta que el anillo quedara más justo al tamaño del dedo.
Otra opción es introducir un tubo en el anillo y golpearlo con un martillo. Golpéalo cada vez en una posición diferente. Con cada golpe el anillo se reducirá un poco de tamaño. Sin embargo, este truco no es muy recomendable, ya que si golpeas el anillo de más, puedes deformarlo demasiado.