Las celebraciones religiosas marcan el calendario de Cachi con una intensidad particular. Cada 19 de marzo, la fiesta de San José convoca a familias que llegan desde parajes distantes portando pequeñas imágenes de santos. Los misachicos se reúnen en la recova del museo mientras los fogones iluminan la Plaza Seca durante la víspera.
Agosto trae consigo las ceremonias a la Pachamama, cuando las familias preparan ofrendas de hojas de coca, tistinchos y uchillicos. Estas tradiciones conectan a los habitantes de Salta con rituales que trascienden generaciones, manteniendo viva la relación ancestral con la madre tierra.
La Semana Santa reviste características únicas en este pueblo de montaña. La Quema del Judas congrega a los vecinos alrededor de un muñeco gigante que arde al atardecer del Viernes Santo, mientras el Viacrucis viviente recorre las calles empedradas hasta el mirador principal.
Durante estas celebraciones, el Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz abre sus puertas para mostrar más de 5.000 piezas que reconstruyen 10.000 años de historia prehispánica de los Valles Calchaquíes. Las salas permiten entender la rica cultura de los pueblos originarios que habitaron esta región antes de la llegada española.
Un pueblo con vinos de altura
cachi guanacos
No hay dudas de que el gran atractivo de Cachi es su ubicación, el el corazón de los valles calchaquíes.
Cachi tiene la Ruta del Vino más alta del mundo, donde las bodegas producen varietales únicos a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar. El clima del Alto Valle Calchaquí hace vinos con mucha fruta que acompañan la comida regional en restaurantes instalados en casas de adobe.
Las opciones de comida muestran la cultura de Salta: humitas, tamales, locro y empanadas se sirven junto a postres como la mazamorra y el turrón salteño. Los comedores familiares y hoteles mantienen recetas que pasan de padres a hijos.
El Nevado de Cachi, con sus 6.380 metros de altura, desafía a montañistas del mundo entero. Sus nueve cumbres ofrecen rutas de diferentes dificultades que requieren la experiencia de guías locales. Los trekkings permiten descubrir cursos de agua cristalina mientras el mountain bike y las travesías 4x4 aprovechan la diversidad del paisaje montañoso.
Los cielos claros de este pueblo salteño permiten tanto el turismo astronómico como las experiencias ovníparas. El Ovnipuerto, una intervención artística ubicada a tres kilómetros del centro, se transformó en un mirador desde donde se ve todo el Valle Calchaquí bajo las estrellas.