Egipto reconoce la frontera de 1899, que otorga Bir Tawil a Sudán, mientras que Sudán sigue la de 1902, asignándolo a Egipto. Debido a esta confusión, ambos países lo ignoran. Este desierto árido y sin recursos permanece sin dueño, siendo un curioso caso de tierra "de nadie".
La historia de esta tierra de nadie
A pesar de su singularidad, Bir Tawil no ha despertado interés por parte de ningún país debido a su desolación y falta de recursos naturales. Este territorio árido, dominado por dunas de arena y temperaturas extremas, carece de agua potable, infraestructura o algún valor económico aparente.
Sin embargo, ha sido objeto de curiosidad por exploradores y personas que buscan declarar su propio "reino" simbólico. Ejemplo de esto fue en 2014, cuando un estadounidense intentó proclamarlo como su nación para cumplir el deseo de su hija de ser princesa. Bir Tawil sigue siendo un ejemplo fascinante de cómo los límites políticos y la geografía pueden crear vacíos territoriales únicos.