El país de América del Sur que recibirá inversiones millonarias por ser el lugar más seco y soleado del mundo
El desierto de Atacama, ubicado en el norte de Chile, es considerado uno de los lugares más áridos del mundo. Sin embargo, su extrema sequedad y la abundancia de sol lo convierten en un sitio ideal para la generación de energía solar, tanto a nivel fotovoltaico como termosolar. Esta característica única ha posicionado a Chile como un actor estratégico en la transición hacia energías limpias en todo el mundo.
Este país de América del Sur ha desarrollado proyectos solares de gran escala en Atacama, como Cerro Dominador, una planta termosolar que combina energía solar con almacenamiento térmico, y el Parque Solar de Ojos del Salado, entre otros. La radiación solar en esta región supera los 2.700 kWh/m² por año, lo que significa que las instalaciones solares pueden operar con altísima eficiencia y casi sin interrupciones.
Según El País la empresa del español David Ruiz de Andrés invertirá 2.600 millones hasta 2026 para desarrollar en Atacama sistemas de almacenamiento de energía a gran escala.
Atacama paneles solares (2)
Atacama representa más del 17% de la capacidad instalada solar fotovoltaica de Sudamérica
La abundancia de energía solar en este sitio de América del Sur
La abundancia de energía solar en Atacama no solo genera electricidad limpia, sino que también atrae inversiones internacionales. Empresas de Estados Unidos, Alemania, China y España han firmado acuerdos con Chile para desarrollar proyectos de energías renovables, tecnologías de almacenamiento y exportación de energía verde. Esto convierte al país de América del Sur en un hub de energías limpias y fortalece su influencia en foros internacionales sobre sostenibilidad y cambio climático.
Además, el desarrollo solar contribuye a la diversificación energética de Chile, reduciendo su dependencia de combustibles fósiles importados y generando oportunidades de empleo en el norte del país. La estrategia energética de este país de América del Sur se alinea con los objetivos climáticos globales y permite proyectar a esta nación como un exportador de conocimiento y energía renovable.