Dicho en otras palabras, este edificio, en vez de ocupar espacio en el horizonte, se extiende en múltiples niveles subterráneos y ofrece múltiples alternativas a los rascacielos tradicionales.
Las ventajas de este tipo de construcciones se ven traducidas en resolver los problemas de densidad urbana, reducir el problema del consumo de energía, y mejorar la resistencia del edificio ante desastres naturales.
Pese a lo positivo, hay que decir que la construcción de estos edificios presenta grandes desafíos técnicos y logísticos, sobre todo desde el punto de vista de la iluminación, ventilación, la humedad y el drenaje.
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El innovador edificio subterráneo que empieza a ser tendencia y desafía al mundo de la arquitectura
Aunque el concepto de rascasuelos aún está en desarrollo, algunos países ya han comenzado a explorar esta idea. La Ciudad de México, con su alta densidad de población y restricciones para construir en altura, ha sido un escenario ideal para el desarrollo del Earthscraper, una construcción de 65 niveles bajo tierra.
Los problemas sobre este tipo de construcción
Además de los conflictos mencionados, hay que decir que llevar adelante este tipo de edificios es algo extremadamente costoso, lo que puede llevar a una limitación en su producción.
Por último, vivir o trabajar en estas construcciones bajo tierra puede generar sensaciones de claustrofobia en algunas personas. Diseñar espacios amplios, con luz artificial que simule la natural, podría mejorar la experiencia del usuario y dejar atrás este problema. ¿Logrará esta nueva tendencia imponerse en el mercado?