Algo extraño pasa en el océano Atlántico desde hace tiempo. Los científicos observan una mancha marrón gigante que se expande por el agua y crece más cada año. Este fenómeno es tan grande que ya se puede ver desde el espacio y se conoce como el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico.
El fenómeno marino que crece sin parar y los Científicos no saben cómo controlar
Una mancha gigante de algas, alimentada por el Amazonas y la contaminación, se extiende por el Atlántico. Los científicos están muy preocupados
Podría parecer que son algas flotando sin más, pero su tamaño y lo que provoca tienen a la comunidad científica en alerta. Este cinturón de sargazo podría liberar gases de efecto invernadero, afectar la vida marina y traer serios problemas a las comunidades en la costa. Lo más curioso es que, aunque nuestras acciones lo aceleran, no es un fenómeno que hayamos iniciado directamente nosotros.
¿Qué es este cinturón de sargazo?
Se trata de una acumulación enorme de algas marinas que flotan juntas en la superficie del océano. Este tipo de alga, el sargazo, antes se encontraba principalmente en una zona específica conocida como el Mar de los Sargazos, justo en medio del Atlántico.
Hace unos quince años, era raro ver sargazo fuera de esa región. Hoy, sin embargo, se convirtió en una línea gigantesca que cruza todo el Atlántico, desde la costa oeste de África hasta el Golfo de México.
Para que tengamos una idea de la magnitud, en mayo de 2025 los satélites captaron unos 37.5 millones de toneladas de sargazo. Formaban una línea de más de 8.800 kilómetros. Es el doble del ancho de Estados Unidos continental.
Un grupo de científicos del Instituto Oceanográfico Harbor Branch de la Florida Atlantic University analizó 40 años de datos. Revisaron imágenes satelitales, muestras de agua y datos químicos. Su estudio, publicado en Harmful Algae, muestra que las floraciones de sargazo aumentan casi todos los años desde 2011, principalmente por el aumento de nutrientes en el agua.
¿Por qué es una amenaza según los científicos?
El fenómeno se alimenta de la contaminación. Los científicos apuntan a la escorrentía agrícola (fertilizantes), las aguas residuales y los depósitos atmosféricos. A esto se suma el río Amazonas, que en temporada de lluvias vierte muchísimos nutrientes al océano, actuando como combustible para el sargazo.
Un poco de sargazo es vital. La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU.) dice que es un hábitat clave para más de 100 especies marinas, como tortugas y peces. El exceso, en cambio, es un desastre. Cuando se pudre, libera un gas tóxico (sulfuro de hidrógeno).
Las cantidades masivas de sargazo también tapan la luz del sol, dañan los corales, consumen el oxígeno del agua y crean "zonas muertas" donde los peces no pueden sobrevivir. Las comunidades costeras del Caribe y el Golfo de México lo sufren directamente. Cada verano, toneladas de sargazo cubren las playas, golpeando fuerte al turismo y la economía local.
Este cinturón de sargazo, movido por corrientes del océano como la del Golfo, es un problema ambiental y económico muy serio. Los científicos advierten que la situación empeorará si los países no colaboran. Se necesita mejorar el control de la contaminación y gestionar mejor las aguas residuales. El equilibrio del océano está cambiando ante nuestros ojos.