El emperador del imperio Romano con más tierras: ni Marco Aurelio ni César
En el ámbito militar, Trajano emprendió campañas decisivas que llevaron a Roma a su máxima expansión. Una de las más significativas en su historia fue la conquista de Dacia, territorio que corresponde en gran parte a la actual Rumanía. Esta victoria no solo aseguró nuevas tierras para el imperio Romano, sino que permitió el acceso a minas de oro que fortalecieron la economía romana.
Posteriormente, lanzó campañas en Oriente contra el Imperio parto, logrando ocupar regiones estratégicas como Mesopotamia, Armenia y Arabia Pétrea. Con estas conquistas, el imperio Romano alcanzó un territorio de más de cinco millones de kilómetros cuadrados, convirtiéndose en la mayor potencia de la antigüedad.
Mas allá de la expansión del imperio Romano
Sin embargo, Trajano no fue solo un conquistador. También destacó como un emperador constructor y reformador. En Roma mandó edificar el Foro de Trajano, considerado una de las maravillas arquitectónicas del imperio romano, y la famosa Columna de Trajano, que narra en relieve las victorias en la guerra dácica. Además, promovió la construcción de carreteras, puentes y acueductos en distintas provincias, integrando mejor al vasto imperio y facilitando el comercio y la movilidad de tropas.
Recordado como uno de los “Cinco Buenos Emperadores”, no sólo es un líder militar brillante, sino también un gobernante preocupado por la administración, la justicia y el bienestar de sus súbditos.
La figura de Trajano representa el equilibrio entre poder militar y buen gobierno. Tras su muerte en el año 117 d.C., el imperio Romano comenzó a ceder parte de las conquistas orientales por la dificultad de mantenerlas, pero la huella de su reinado quedó grabada en la memoria colectiva de Roma. Incluso siglos después, los emperadores eran elogiados con la frase “felicior Augusto, melior Traiano” (“más afortunado que Augusto, mejor que Trajano”), símbolo de que su figura se convirtió en el ideal del buen gobernante.