El CEO de la empresa creadora de ChatGPT sorprendió al mundo: en su paso por un famoso programa de televisión, confesó que durante los primeros meses de paternidad recurrió constantemente a ChatGPT para navegar las dudas que surgen al cuidar a un recién nacido. “No puedo imaginar haber criado a un bebé sin ChatGPT”, dijo.
Contó que en una ocasión tras escuchar que otro bebé de seis meses ya gateaba, se preocupó pensando que su hijo iba demorado. Pero solo con escribir sus inquietudes en el chat de la IA, obtuvo una respuesta que le brindó tranquilidad: le aseguraron que el desarrollo de su hijo era “normal”. Esa sensación de alivio, dijo, fue determinante.
ChatGPT como guía parental: de herramienta a apoyo emocional
Altman explicó que muchas de las preguntas que le surgían como padre, desde hitos del desarrollo hasta dudas cotidianas, las planteaba a ChatGPT. Lo describió como “una ayuda real” para atravesar la incertidumbre de la crianza, en especial en los primeros meses.
A diferencia de búsquedas dispersas en internet, la IA le ofreció respuestas inmediatas, personalizadas y con un tono cercano, lo que para él representó un soporte emocional importante.
Con estas declaraciones, Altman plantea una idea: la IA ya no es solo una herramienta laboral o técnica, sino que puede convertirse en un compañero cotidiano, incluso en tareas tan humanas como la paternidad.
¿Una tendencia creciente? Cómo cambia la visión de criar en plena era digital
Las palabras de Altman caen en un contexto más amplio: cada vez más personas recurren a tecnologías de inteligencia artificial como ChatGPT para consultar dudas médicas, educativas o de crianza. En ese sentido, el debate ya no pasa por si la IA sirve, sino por qué tan confiables podemos hacer sus respuestas, especialmente cuando se trata de salud, desarrollo infantil o decisiones importantes.
El anuncio también genera preguntas éticas y sociales: ¿qué significa depender de una IA para criar a un hijo? ¿Puede una máquina reemplazar el instinto, la experiencia humana o el asesoramiento profesional? Altman mismo reconoció que hay riesgos como las “alucinaciones” de la IA o respuestas incorrectas, lo que invita a la prudencia.
Hacia dónde va la paternidad con la IA
La confesión de Altman marca un antes y un después en la forma en que entendemos la paternidad. ChatGPT deja de ser una herramienta de oficina y se transforma en un recurso personal, íntimo, que acompaña decisiones sensibles.
Queda por verse si ese uso generalizado será saludable, si derivará en mayor confianza en la tecnología con sus ventajas y riesgos o si generará dependencia. Pero, por ahora, lo que queda claro es que la IA ya no es futurista: está instalada en lo cotidiano.
Por supuesto, nunca hay que pasar por alto la visita a un profesional de la salud como factor fundamental, más allá de la existencia de las IA.





