Un bodegón que convierte el sánguche en obra maestra se convierte en el lugar perfecto para una cena rápida o una salida nocturna que empieza con hambre y termina con la panza feliz. Sus precios accesibles permiten pedir sánguches gigantes sin culpa y compartirlos (o no). Aquí el pan de pizza es la base sagrada: crujiente por fuera, suave por dentro y capaz de sostener montañas de relleno.
En José de San Martín 179, en pleno centro de Morón, Intendencia se posiciona como refugio para quienes buscan comida abundante a pasos del Palacio Municipal. El salón es amplio y luminoso, con mesas largas de madera, paredes llenas de fotos de clientes y una plancha abierta donde se arman los sánguches a la vista. La decoración sencilla y el trato de barrio convierten cada visita en una reunión improvisada que se alarga sin querer.
El bodegón con grandes sánguches
En una zona donde los sánguches ricos suelen ser caros, Intendencia responde con un menú que equilibra cantidad y calidad a precios accesibles. Desde milanesas hasta lomitos y bondiolas, cada opción está pensada para satisfacer sin gastar de más. Los habitués llegan sabiendo que saldrán llenos con el sánguche más grande del oeste porteño.
Las promociones estrella son los sánguches en pan de pizza: clásico (milanesa o lomito con lechuga y tomate) a un precio de $16.000; completo (jamón, queso, lechuga, tomate y huevo) a $19.000; y super bondiola (barbacoa, cheddar y huevo a la plancha) a $16.500. Todos vienen con papas fritas o ensalada y alcanzan fácilmente para compartir o para un solo valiente.
La carta gastronómica del bodegón se completa con hamburguesas caseras, milanesas napolitanas, choripanes y rabas con limón. Los grupos encuentran paquetes para mesas grandes, convirtiendo a Intendencia en el lugar ideal para cumpleaños, después del trabajo o noches de fútbol sin exceder el presupuesto.
Intendencia se consolida como un clásico imperdible de Morón, donde los sánguches monumentales en pan de pizza, los sabores tradicionales y los precios justos se juntan para crear noches memorables. Para quienes buscan comer abundante y rico en un ambiente de barrio sin vaciar el bolsillo, este bodegón es una parada obligada que siempre deja ganas de volver.





