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Educación financiera: tres claves para lograr la libertad económica

La educación financiera se ha tornado clave en un mundo muy complejo donde las decisiones impactan en la calidad de vida

Por UNO

La educación financiera no se trata solamente de tener conocimientos en contabilidad, administración o inversiones. Es más bien el conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes para tomar decisiones responsables sobre nuestros recursos económicos, basadas en información confiable y certera. Implica comprender conceptos como el presupuesto personal, el ahorro, la inversión, el crédito, la deuda y la planificación para el futuro.

El objetivo final de la educación financiera es darle a los individuos las herramientas necesarias para que alcancen la estabilidad y la libertad financiera, sin caer en las trampas comunes y maximizando su bienestar económico. No se trata de volverse un experto en finanzas, sino de desarrollar la capacidad de gestionar inteligentemente el dinero en el día a día.

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Comenzar con la educación financiera cuanto antes es primordial.

Comenzar con la educación financiera cuanto antes es primordial.

Educación financiera: tres claves para lograr la libertad económica

1. ¿Cuándo empezar? cuanto antes, mejor

La edad ideal para comenzar a aprender sobre finanzas es la infancia. "Enseñar conceptos financieros a los niños desde pequeños no implica enseñarles a analizar gráficos complejos o a especular en inversiones" explica Gabriela Totaro, educadora y asesora financiera en una publicación del sitio La Voz. Pero sí se puede enseñar el juego de los tres frascos (uno para ahorrar, otro para disfrutar y otro para donar) que se puede emular perfectamente con las billeteras virtuales y la posibilidad de hacer reservas.

A medida que crecen, los niños y adolescentes pueden comprender ideas más complejas como la diferencia entre necesidades y deseos, el valor del trabajo y las primeras nociones de inversión. Empezar temprano permite que estos conocimientos se internalicen como parte de su desarrollo, evitando errores en la vida adulta.

2. Desarrollar una mentalidad de ahorro e inversión constante

En este punto es clave mejorar tu relación con el dinero. El cambio de paradigma es priorizar el ahorro sistemático y la inversión inteligente. No se trata de guardar lo que sobra a fin de mes, sino de separar de antemano lo que se piensa ahorrar y darle categoría de "sagradamente intocable" para gastos.

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Educación financiera. El ahorro es básico.

Educación financiera. El ahorro es básico.

Será importante crear un presupuesto que identifique en qué gastas tu dinero y dónde puedes recortar. Luego, establece una meta de ahorro mensual y automatiza esa transferencia a una cuenta separada. Un buen punto de partida es ahorrar al menos el 10. El ahorro es la base sobre la que se construye cualquier estrategia de inversión.

3. Adquirir conocimiento financiero continuo

Nunca dejar de aprender y, fundamentalmente, de aplicar ese conocimiento. La educación financiera no es un evento único, sino un viaje constante.

Dedica tiempo regularmente a aprender sobre finanzas personales, mercados e inversiones. Hay una vasta cantidad de recursos disponibles: libros, podcasts, cursos online, seminarios y blogs especializados. una vez que entiendas conceptos como la diversificación, el riesgo-beneficio, el impacto de los impuestos y el funcionamiento de los diferentes instrumentos financieros te dará confianza y te permitirá tomar decisiones más acertadas, siempre basadas en buena información que permita oportunidades y riesgos.