Hay descubrimientos científicos que impresionan a los mismos investigadores, y uno de ellos es el de un hongo capaz de comer toneladas de plástico. Se trata del Pestalotiopsis microspora, una especie que puede ser clave en la lucha contra la contaminación.
Descubrimiento de un hongo con chances de salvar el planeta que sorprendió a los científicos
El hongo come plástico y fue localizado en el año 2011. Sin embargo, no se ha usado para combatir la contaminación. Los detalles del descubrimiento
El hongo en cuestión fue hallado en el año 2011 en la selva amazónica ecuatoriana, pero lo cierto es que fue identificado por primera vez mucho antes. Más precisamente en la década de los 80.
La capacidad de este hongo se descubrió en el año 2011.
El hongo fue descubierto en Argentina
El género Pestalotiopsis fue descrito por primera vez en 1880 en Buenos Aires por el micólogo Carlos Luigi Spegazzini. Sin embargo, no fue hasta 2011 cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Yale descubrió en la Amazonia ecuatoriana que una de sus especies, denominada Pestalotiopsis microspora, poseía una capacidad extraordinaria.
Como se dijo antes, sucede que este hongo tiene la capacidad de descomponer y metabolizar el poliuretano. Es decir, degrada plásticos sintéticos incluso en condiciones donde otros microorganismos no pueden sobrevivir, como ambientes sin oxígeno.
La contaminación por plástico es uno de los mayores problemas de la humanidad.
La contaminación por plásticos es uno de los problemas más graves del mundo moderno. Muchos océanos y ríos están plagados por todo tipo de vertidos y residuos procedentes de microplásticos que envenenan las aguas y arrasan con ecosistemas enteros.
Por este motivo, este hongo se transforma en un aliado inesperado, e incluso se considera que tiene la misión de ayudar a salvar nuestro planeta. Lo cierto es que, hasta este momento, no cuenta con aplicaciones prácticas.
Un descubrimiento en "fase de investigación"
Aunque aún se encuentra en fase de investigación, los científicos plantean que sus enzimas podrían emplearse en biotecnología para desarrollar sistemas de tratamiento de residuos más sostenibles, o incluso en instalaciones de reciclaje capaces de aprovechar este proceso natural.
La posibilidad de que este hongo se utilice con fines prácticos ha despertado gran interés en la lucha contra la contaminación por plásticos. Aunque por desgracia aún no cuenta con aplicaciones prácticas, el descubrimiento de su capacidad de metabolizar el poliuretano hace que podamos mirar al futuro con esperanza e imaginar colonias enteras de hongos devorando toneladas de plásticos y reduciendo drásticamente la contaminación.
		





