La mujer joven hallada junto al hombre tenía entre 18 y 25 años según el análisis anatómico. Los estudios isotópicos de estroncio y carbono estable apuntaron que ella probablemente creció cerca de Pella, la capital macedonia ubicada a unos 32 kilómetros de Vergina, mientras el hombre pasó su infancia lejos de allí.
El equipo de arqueología detectó también la presencia de seis bebés colocados en la tumba mucho después, entre el 150 a.C. y el 130 d.C., cuando la región estaba bajo control romano. "Existe evidencia de que depositar bebés muertos en tumbas antiguas, pozos o vacíos subterráneos no es una práctica inusual en el período romano", explicó Maniatis en comunicación por correo electrónico.
La magnificencia de la estructura funeraria indica que tanto el hombre como la mujer pertenecían a la élite. "Suponemos que debe ser un rey macedonio que gobernó y murió décadas antes del asesinato de Filipo II", afirmó el investigador principal, sugiriendo como candidatos a Alejandro II (reinado aproximado del 370 al 368 a.C.) o Perdiccas III (del 365 al 359 a.C.).
El impactante descubrimiento detrás del padre de Alejandro Magno
La ubicación de los restos de Filipo II sigue siendo un misterio. Muchos académicos proponen que la "Tumba II" de Vergina contiene sus restos cremados, basándose en investigaciones previas que identificaron allí a un hombre de aproximadamente 44 años.
El hallazgo desmonta teorías históricas arraigadas por décadas. Los defensores de la versión tradicional, como Antonis Bartsiokas, profesor emérito de antropología física y paleoantropología en la Universidad Demócrito de Tracia, preparan una respuesta académica al nuevo estudio.